¿Está la tecnología contribuyendo a que tengamos un mundo mejor? ¿O un mundo y una sociedad peor? Es una de las grandes preguntas que surgen cuando ponemos a la tecnología en un plano más trascendental y filosófico.

La cuestión es de tal magnitud que este año fue el lema principal del evento The Next Web Conference y sobre el que se centraron todas las charlas.

Organizaciones como Naciones Unidas, startups como Provenance o multinacionales como Unilever fueron algunas de las protagonistas que reflexionaron sobre sostenibilidad, ecología o responsabilidad social.

En Paradigma tratamos de ver siempre el vaso medio lleno, así que pusimos rumbo a Amsterdam para no perdernos las charlas de todos aquellos que quieren hacer del mundo, a través de la tecnología, un lugar mejor.

Fuente: The Next Web Conference
Fuente: The Next Web Conference

TNW es un evento anual que se ha convertido en un referente en tecnología en todo el mundo. Este año el titular del evento lanzaba a todos una pregunta muy directa: “Tech for better or worse?”.

En un mundo donde la tecnología está cada vez más presente en todos los aspectos de nuestra vida, parecía interesante pararse a pensar las consecuencias sociales que estaba provocando esta revolución y, sobre todo, entender si la tecnología podría ayudar a solucionar los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad en el futuro.

En la conferencia pudimos conocer proyectos que no nacen de ONGs o áreas de Responsabilidad Social de las compañías, sino que están en el core del negocio de institutos, grandes corporaciones & startups. Estos fueron los más destacados:

Naciones Unidas: la tecnología, clave para el desarrollo sostenible

Naciones Unidas es el organismo internacional encargado de definir las prioridades globales de nuestro planeta, algo que hace a través de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Conscientes del poder transformador que tiene la tecnología, desde Naciones Unidas se quiere involucrar a ingenieros, emprendedores y diseñadores de todo el mundo a crear productos innovadores que ayuden a conseguir esos objetivos y construir un mundo mejor.

Esta llamada a la industria tecnológica se repitió en distintas charlas y talleres y lo resumió perfectamente Sally Eaves, advisor de Naciones Unidas en proyectos de tecnología: “We need to use technology to really scale-up social impact projects”.

Unilever: la sostenibilidad y la tecnología desde el centro de su negocio

Estos grandes retos globales requieren apoyo de grandes corporaciones como Unilever. Hanneke Faber, Presidenta de Global Foods en Unilever Europa, dejó claro con su primera frase el mensaje que quería transmitir: “We believe we can only do well in business by doing good.”

En sus distintas intervenciones en el evento demostró que la compañía afronta la sostenibilidad desde el centro de su negocio, en todo lo que hacen.

Hanneke Faber, Presidenta de Global Foods en Unilever Europa
Hanneke Faber, Presidenta de Global Foods en Unilever Europa

Conscientes de que el consumidor cada vez exige más responsabilidad a las marcas que compra, Unilever está invirtiendo y apostando por tecnología para reducir su impacto negativo en nuestro planeta a través de distintos proyectos.

Están transformando toda su operativa hacía energías renovables, apoyándose en blockchain para medir la trazabilidad de sus productos e invirtiendo en inteligencia artificial para reducir el desperdicio de alimentos.

Provenance: empresas y consumidores más responsables con blockchain

Las startups y los emprendedores también son agentes claves de este cambio. Provenance es una startup que aspira a integrar toda la información de un producto a lo largo de la cadena de suministro. Para hacerlo, se apoya en tecnología blockchain creando una red segura, accesible y transparente.

Según contaba Jessi Baker, CEO y fundadora de Provenance, el reto de esta compañía es doble: por un lado, ayudar a las grandes corporaciones a ser más responsables en toda su cadena de suministro; y por otro, ayudar al consumidor a ser más consciente del impacto que tienen los productos que consume.

Está claro que la tecnología puede ayudarnos a ser mejores ciudadanos y gracias a Provenance sería más fácil incluir criterios de responsabilidad en las compras que hacemos cada vez que vamos al supermercado.

Tras estos ejemplos, y todo lo aprendido en TNW Conference, tenemos clara una cosa respecto a la tecnología: más allá de ayudar a los consumidores a vivir de manera más cómoda y hacer crecer los negocios de las empresas, la tecnología debería tener un rol mayor, debería ser el motor que ayude a solucionar los grandes problemas a los que nos enfrentamos en nuestro planeta.

Un motor en el cual se apoyaran todas las corporaciones que se están dando cuenta que la sostenibilidad es fundamental también para el crecimiento de sus negocios y para mantener la confianza de sus consumidores.

Por nuestra parte, contamos los días para la siguiente edición de The Next Web Conference y, mientras tanto, trataremos siempre de aplicar los aprendizajes que nos hemos traído de Amsterdam.

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