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Manuel Zaforas 19/09/2024 Cargando comentarios…
Un sesgo cognitivo es un error o distorsión en la forma en que pensamos. Estos errores influyen en nuestras decisiones y en cómo entendemos el mundo que nos rodea. Todos los seres humanos los sufrimos y están relacionados con factores como la experiencia previa, las emociones o la simplificación mental de información compleja.
Reconocer y entender los sesgos cognitivos es crucial para mejorar la toma de decisiones y fomentar un pensamiento más objetivo y racional. Sin embargo, muchos de ellos se manifiestan de forma inconsciente y no son obvios, por lo que no resulta nada fácil.
En este artículo recogemos 7 leyes o principios en torno a los sesgos cognitivos y otros patrones de comportamiento humano. Algunas de estas ideas están en las raíces de filosofías y prácticas empresariales y organizativas que nos ayudan a trabajar mejor. Conocerlas te permitirá trabajar de una forma más eficiente y eficaz en equipo:
El efecto arrastre o “bandwagon effect” describe la tendencia que tenemos las personas de adoptar ciertos comportamientos, estilos o actitudes por el simple hecho de que otros los están siguiendo.
Sobre esto se construye una de las falacias lógicas más extendidas, el “argumento ad populum”, donde justificamos que una opinión es verdadera simplemente porque lo es para mucha gente.
"Este estilo de música debe de ser muy bueno, ya que millones de fans no pueden estar equivocados"
Es útil tener presente esto en una negociación o discusión, ya que este tipo de argumentos pueden ser utilizados por nuestros interlocutores sin que sean ciertos, distorsionando y arrastrando así nuestra opinión al respecto.
La ley de Goodhart nos habla de tener cuidado con lo que medimos a la hora de tomar decisiones:
“Cuando una medida se convierte en un objetivo, deja de ser una buena medida.”
Aunque inicialmente se formuló en un contexto de políticas económicas, esto es algo que podemos aplicar en muchas áreas y que, posiblemente, has experimentado alguna vez.
Un ejemplo clásico sería lo ocurrido en Delhi en tiempos de la dominación colonial británica cuando, el gobierno británico, preocupado por la cantidad de cobras venenosas, ofreció recompensas por cada cobra muerta. Inicialmente la estrategia fue exitosa pero, finalmente, condujo a que la gente criara cobras para obtener recompensas, lo que supuso un aumento en la población de cobras, en contra de lo que se buscaba.
Sin duda, medir es clave y nunca podremos mejorar lo que no medimos, pero debemos de analizar bien qué variables seleccionamos al medir para evitar efectos indeseados.
La ley de Parkinson fue enunciada en 1957 por el historiador Cyril Northcote Parkinson quien, tras la experiencia ganada en su paso por el “British Civil Service”, expuso la siguiente ley:
"El trabajo se expande hasta llenar el tiempo de que se dispone para su realización".
Y es que, a medida que disponemos de más tiempo para llevar a cabo una tarea, tendemos a procrastinar y a ser más ineficientes. Por eso es importante que tengamos en cuenta esto a la hora de planificar nuestro trabajo, ya que podemos caer en el error de considerar que hay tiempo de sobra y, finalmente, llegar tarde.
La Ley de Hofstadter, propuesta por Douglas Hofstadter, aborda la relación entre la estimación del tiempo y la complejidad de las tareas, lo que está totalmente relacionado con el sesgo cognitivo del “optimismo sobre la planificación”.
Hofstadter observó que las personas tienden a subestimar sistemáticamente el tiempo necesario para completar una tarea, incluso si son conscientes de la tendencia. La ley destaca la dificultad inherente en prever obstáculos y desafíos, llevando a una planificación optimista que ignora la complejidad real de las actividades. Aunque las personas pueden aplicar la ley de Hofstadter para ajustar sus expectativas, la subestimación persiste, indicando una especie de "optimismo ilusorio".
Esta ley tiene implicaciones en la gestión del tiempo, la planificación de proyectos y la comprensión de cómo los seres humanos perciben y abordan las tareas complejas, subrayando la importancia de considerar la complejidad real de las actividades al programar y planificar. De ahí que haya técnicas a la hora de estimar, donde evitamos arrastres (primera ley vista) y aumentamos la diversidad e inteligencia colectiva. Un ejemplo sería el uso del Planning Poker.
El principio de la "navaja de Hitchens" se atribuye a Christopher Hitchens, un escritor y periodista. Este principio se aplica a la evaluación de afirmaciones. Hitchens sostuvo que las afirmaciones requieren pruebas para ser aceptadas como verdaderas. En otras palabras, la carga de la prueba (onus probandi) recae en aquellos que hacen afirmaciones, no en aquellos que dudan de ellas. Esto tiene que ver con el sesgo de “simplificación excesiva”.
Este principio se utiliza comúnmente en debates sobre cuestiones filosóficas o religiosas, pero podemos aplicarlo también en el mundo de los negocios y, en concreto, en la gestión de proyectos. A la hora de argumentar decisiones o estrategias debemos de apoyarnos en pruebas, datos y evidencias para que sean efectivas, ya que “lo que puede afirmarse sin pruebas puede desestimarse sin pruebas”.
La "ley de Skinner" se refiere a los principios del condicionamiento operante propuestos por el psicólogo B.F. Skinner. Esta ley sostiene que el comportamiento de un individuo está fuertemente influenciado por sus consecuencias.
Skinner argumentó que las respuestas seguidas por recompensas tienden a repetirse, mientras que aquellas seguidas por castigos tienden a disminuir. El condicionamiento operante implica el fortalecimiento de conductas deseadas mediante refuerzos positivos o negativos y la disminución de conductas no deseadas mediante castigos o extinción.
La "ley de Skinner" ha tenido un impacto significativo en la psicología y la educación, destacando la importancia de las consecuencias en la formación y modificación del comportamiento humano. Pero también podemos aplicarla a nosotros mismos a la hora de enfrentarnos a la procrastinación en el trabajo o en los equipos. Si algo nos cuesta especialmente, pensemos en abordarlo de una de las dos siguientes maneras:
Por último, tenemos que mencionar el principio de la navaja de Ockham, propuesto por Guillermo de Ockham en el siglo XIV, que aboga por la simplicidad en la explicación de fenómenos.
Guillermo postuló que, al enfrentar varias teorías igualmente efectivas, la opción más sencilla y con menos suposiciones innecesarias suele ser la correcta.
Este principio busca evitar la complejidad excesiva. Es esencial en la filosofía, ciencia y razonamiento lógico, ayudando a seleccionar entre múltiples explicaciones la más directa y eficiente, aunque no debemos verlo como una regla inflexible. Caer en el reduccionismo no siempre ha sido la mejor elección, especialmente en entornos complejos que sí requieren de soluciones complejas.
También lo podemos aplicar en la gestión de proyectos y en el desarrollo de software, por ejemplo en el principio de diseño KISS.
Espero que este artículo te haya sido útil y te haya ayudado a reflexionar sobre los sesgos cognitivos. Ser consciente de su existencia es el primer paso para mitigar su influencia en nuestras decisiones y pensamientos. ¿Cómo podemos seguir trabajando este área para afrontar mejor nuestro día a día? Te dejo tres ideas para profundizar:
¿Conocías los principios que hemos analizado en este artículo o conoces otros relacionados con los sesgos? Deja un comentario con tus experiencias y otros principios que conozcas en torno a los sesgos cognitivos u otros patrones de comportamiento humano.
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