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Juan María Fiz 14/05/2020 Cargando comentarios…
Hace años que la Cloud es la aliada perfecta para la transformación digital de todo tipo de empresas e instituciones. Ahora esto se ha hecho más patente por las necesidades urgentes para adaptarse al nuevo escenario que ha impuesto la crisis sanitaria. Aquellos que ya habían optado por la nube han sido capaces de aclimatarse más rápidamente a la nueva situación y han tenido una ventaja estratégica. Por contra, los que tenían todos sus sistemas on-premise han tenido que hacer un mayor esfuerzo y han sufrido unas consecuencias todavía más duras.
Pero, ¿cuáles son las ventajas diferenciales que aporta el uso del Cloud tanto en los últimos años como en las últimas semanas?
Las capacidades de autoescalado y elasticidad de la nube te evitan tener que adivinar y establecer una capacidad fija para dar servicio a un número máximo de usuarios invariable. Puedes realizar una previsión y después ir creciendo o decreciendo de forma dinámica en función del tráfico que tengas. La nube escala hacia arriba pero también hacia abajo si un negocio no funciona o no tiene tráfico.
En las últimas semanas, uno de los sectores donde más se ha percibido el incremento de la demanda es en el del entretenimiento. Al pasar más tiempo en casa hemos consumido más contenidos online, especialmente de plataformas de streaming como Netflix (que ha sumado 16 millones de usuarios nuevos durante la pandemia) , HBO (que creció un 244% en España el último mes), Movistar+ (que ha triplicado los usuarios de su app) o Disney+ (lanzado recientemente y que ya ha alcanzado los 50 millones de suscriptores), y de plataformas de juegos online como Epic Games. Todas ellas, gracias a que tienen sus sistemas en Cloud han sido capaces de atender a sus clientes sin pérdidas de servicio. E, incluso, han podido cumplir peticiones especiales en tiempo récord, como la de adaptar la calidad de la emisión durante el horario laboral, para liberar ancho de banda y no penalizar a quienes necesitaban la red para trabajar.
También se han incrementado mucho las compras de alimentos a través de Internet (algunos hablan de que se han llegado a triplicar). Aquellos retailers que ya tenían aplicaciones Cloud Native han conseguido adaptarse muy rápido para dar servicio aunque hayan tenido que lidiar con picos brutales y hayan tenido que hacer ajustes. Los que no estaban preparados han sufrido caídas y errores 50X durante mucho tiempo ya que, en lugar de poder adaptar sus sistemas a la demanda, han tenido que capar el tráfico para que se adaptara a su infraestructura fija. Posiblemente esto haya ocasionado la pérdida de muchos clientes por el camino.
En el extremo contrario se encuentran, por ejemplo, las tiendas online de moda y complementos o las empresas de viajes y hostelería que han tenido que adaptar sus sistemas al descenso de la demanda. Aquellos que estuvieran desplegados sobre infraestructuras fijas no habrán podido realizar ningún ajuste y habrán desaprovechado muchos recursos.
La nube permite innovar más fácilmente porque se puede experimentar más rápido con bajo coste y bajo riesgo. Puedes desplegar las máquinas y servicios que necesitas con un click en cuestión de minutos, hacer las pruebas necesarias durante unas horas, apagarlas cuando ya no las necesitas y pagar solo por esas horas. La alternativa en el mundo tradicional pasa por hacer una petición formal, pasar por un montón de procesos burocráticos y una vez que se apruebe todo realizar una inversión en servidores, equipos de red, etc.
Actualmente esto último no es una opción por eso cuando alguna compañía desea lanzar un nuevo servicio se están decantando por montarlo directamente sobre la nube. El diseño de aplicaciones Cloud Native basadas en microservicios y sobre servicios gestionados que nos abstraen de las tareas de operación acelera el desarrollo de nuevos productos digitales. Esto es lo que están haciendo, por ejemplo, muchas compañías de seguros y hospitales para habilitar cuanto antes sus servicios de teleasistencia y videoconsulta. Evidentemente, aquellas compañías que ya tenían desarrolladas sus plataformas en la nube han podido escalar y atender a todos sus pacientes, como es el caso de Savia que al ofrecer sus servicios de manera gratuita durante el estado de alarma ha tenido un incremento de más del 70% en sus consultas mensuales.
Otra de las ventajas de la nube es que es global y por tanto permite la movilidad y el acceso desde cualquier lugar. En los últimos días, con todo el mundo trabajando de manera deslocalizada esto se ha convertido en una ventaja más que evidente.
Los sistemas de videoconferencia, VPN y otros servicios de colaboración online han tenido que dar cobertura a todos aquellos que estábamos trabajando desde nuestras casas. En muchas empresas se han utilizado aplicaciones Cloud como Google Meet (ha soportado ritmos de crecimiento de 2 millones de usuarios nuevos diarios), Microsoft Teams (ha crecido hasta más de 75 millones de usuarios diarios), Cisco Webex, Amazon Chime, Zoom (ha incorporando más de 100 millones de usuarios en las últimas semanas superando los 300 millones de usuarios diarios) o Slack (elegida por IBM como herramienta de uso interno el mes pasado y que ha alcanzado los 12.5 millones de usuarios concurrentes). Pero además de estos SaaS, en muchas ocasiones también ha sido necesario habilitar VPNs o establecer conexiones punto a punto con sistemas que estaban on-prem. Los servicios Cloud han facilitado la creación de todo el ecosistema necesario que habilita esta ubicuidad.
Por contra, hay compañías e instituciones que se han dado cuenta de que sus sistemas no son capaces de soportar que el 100% de los trabajadores esté en remoto. Que no pueden habilitar VPNs para todos porque solo disponen de infraestructura y licencias para un pequeño porcentaje de los usuarios. O que no han podido dar a acceso a sistemas on-prem (p.ej. almacenes de datos) hasta pasados unos cuantos días, con la consiguiente pérdida de tiempo y productividad para sus empleados y clientes.
Una de las ventajas de la nube es que pagas solamente por lo que usas. No es necesario realizar grandes inversiones a amortizar en 5 o 10 años. Y al igual que aquellos que lo hayan necesitado habrán aumentado su gasto al aumentar su consumo, aquellos que han visto claro que iban a reducir su consumo han podido recortar sus gastos y reservar esas partidas de fondos para más adelante o para otras cuestiones más prioritarias.
Como comentábamos anteriormente este descenso de la demanda ha ocurrido en varios sectores, entre los que se encuentra el sector turístico. Es muy conocido el caso de un grupo que se dedica a comercializar viajes y estancias en hoteles que al ver el impacto que esta nueva situación iba a tener en su negocio adaptó en días su infraestructura en AWS. Comenzaron a ver los resultados desde el primer día y a la semana habían conseguido reducir los costes diarios un 50%.
Cloud es más seguro. Los proveedores realizan en este área inversiones superiores a las que pueden hacer la mayoría de empresas e instituciones para garantizar un alto nivel de seguridad física, asegurar la confidencialidad y seguridad de los datos, contar con los mejores expertos en seguridad y pasar múltiples auditorías y certificaciones. La nube ayuda a mantener la seguridad de los datos y de sus usuarios independientemente de dónde se encuentren y el dispositivo o la aplicación que usen.
Esta crisis ha hecho patente que muchas organizaciones no tenían una estrategia de continuidad de negocio suficientemente robusta. No contaban con planes de Disaster Recovery basados en la nube, soluciones que, en caso de contingencia, hubieran podido levantar en minutos.
Aquellos que sí han optado por soluciones Cloud han tenido mayores niveles de disponibilidad de sus sistemas y les ha sido más fácil dar servicio 24x7 a sus usuarios. Además, han tenido mayor capacidad para frenar y soportar el creciente número de ciberataques que se han producido.
Frente a un datacenter tradicional los centros de datos Cloud tiene un mayor nivel de automatización. La gran mayoría de las tareas de gestión están completamente automatizadas. Se pueden supervisar y acometer otra serie de tareas de forma totalmente remota. Y, además de requerir mucho menos personal, también es mínimo el número de personas que deben realizar su trabajo in situ.
La Cloud resulta un eslabón vital para las empresas y los gobiernos que tratan de mantener su actividad en medio de este nuevo escenario. Se ha convertido en una infraestructura esencial. Ha soportado un incremento de utilización del 50% sin caerse. La previsión y la inversión en tecnología de los principales proveedores Cloud: AWS, Azure, Google y Red Hat, nos ha permitido lidiar con el tsunami de las últimas semanas. Y aunque hay fuentes que hablan de ciertas muestras de estrés, todos los proveedores siguen expandiéndose e invirtiendo en nuevas regiones (como las que AWS abrió en Milán y en Ciudad del Cabo hace 2 y 3 semanas, respectivamente).
Por tanto, ahora más que nunca es el momento de apostar por la nube. Seguramente ahora dejarán de primarse los proyectos estratégicos y se perseguirá ser más pragmático migrando u optimizando proyectos tácticos como sistemas críticos para el negocio. Es indispensable que todos estos proyectos se construyan bajo el paradigma Cloud Native y se diseñen pensando en aprovechar todas las características del modelo Cloud.
Para obtener las máximas garantías resulta imprescindible contar con profesionales cualificados, arquitectos y desarrolladores Cloud con experiencia que sepan seleccionar las plataformas y servicios Cloud más óptimos y que conozcan cómo desarrollar aplicaciones digitales orientadas para la nube. De esta forma, todo el que ya está en la nube podrá sacarle más partido, y el que no podrá comenzar esa transición para estar mejor preparado para la próxima crisis. En definitiva, se trata de aprovechar esta situación para salir más reforzados de cara a la nueva normalidad que llegue en el futuro.
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