Los presupuestos incrementales son una estrategia que está cambiando la forma en que las organizaciones gestionan sus recursos financieros. En un entorno donde el cambio es la única constante, las empresas necesitan cada vez más ser ágiles y flexibles.

En este episodio hablamos de cómo los presupuestos incrementales pueden ayudar a las empresas a adaptarse rápidamente en términos de planificación financiera.

¿Qué entendemos por presupuestación tradicional y cuáles son sus principales limitaciones?

Antes de hablar de presupuestos incrementales, es interesante arrancar con las limitaciones de la presupuestación tradicional, de tal manera que podamos repasar de dónde partimos y hacia dónde queremos ir.

En general, los presupuestos anuales o tradicionales presentan varios problemas: son rígidos, requieren una dedicación excesiva y, además, una planificación exhaustiva. Esto es algo que puede quedar rápidamente desfasado debido a la incertidumbre y los cambios que hay en el entorno actual.

Además, las empresas muchas veces no utilizan todo el presupuesto que tienen planificado de forma anual, y tienen que enfrentarse a reducciones en el presupuesto del año siguiente, lo que lleva también a gastos innecesarios para no perder fondos.

Todos y todas hemos oído alguna vez la frase “tengo que gastar los fondos porque, si no, el año que viene no me van a renovar la partida presupuestaria”. Además de este desperdicio de recursos, también hay desperdicios de tiempo de las personas, y de cómo se reparte ese dinero dentro de la compañía.

Estos son los problemas más comunes que encontramos en este modo tradicional de gestionar presupuestos.

¿Cómo evitar el desperdicio de recursos?

Hacemos esta pregunta a nuestros entrevistados, Alberto García y Alberto Serrano, que viven el día a día de las organizaciones y conocen cómo se enfrentan a este desafío.

El año pasado acompañamos desde Paradigma a una empresa dedicada al desarrollo tecnológico y con una planificación de presupuestos anual. Esta empresa planificó una nueva solución de una aplicación interna para el usuario a mitad de año.

Al poco tiempo, esa aplicación fue perdiendo interés y fue cobrando fuerza la activación de varias líneas de negocio como estrategia de la compañía. Sin embargo, debido a esa planificación anual, esta empresa se vio obligada a gastar el dinero en la aplicación interna, a pesar de que ya no era interesante para ellos.

Esto, además de ser un desperdicio terrible de recursos, es una falta de alineación total con los objetivos estratégicos reales de la empresa. Y esto es algo que es importante cambiar.

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Imagen de portada: Unsplash

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