Podcast - Antifragilidad empresarial: claves para prosperar en un mundo de cambios.

En este podcast tenemos el honor de entrevistar a Chris Williams, fundador de Badass Agile y referente en liderazgo ágil en Canadá. Chris es un innovador que impulsa a líderes y equipos a adoptar una mentalidad ágil en todas las áreas de sus vidas y organizaciones.

En este episodio hablamos sobre antifragilidad y analizamos cómo los líderes pueden transformar sus organizaciones para que prosperen frente a la adversidad, adaptándose no solo a los cambios, sino beneficiándose de ellos.

Chris, muchas gracias por esta entrevista. ¿Puedes brevemente presentarte y compartir cómo te conectaste con el concepto de antifragilidad?

Soy Chris Williams y soy el anfitrión del podcast Badass Agile. Llevo en el mundo de la tecnología unos 30 años y he tenido roles desde desarrollador y arquitecto hasta ejecutivo de consultoría y formador.

Al principio, me costó adaptarme al trabajo ágil, pero con el tiempo me gustó y me convertí en Scrum Master y en coach ágil. Mientras tanto, empecé a estudiar patrones de éxito, incluyendo los hábitos de equipos de élite como los Navy Seals.

Me fascinó la resiliencia en situaciones de alto riesgo, lo cual me llevó a estudiar y enseñar resiliencia. Eventualmente, eso me condujo al concepto de antifragilidad, que trata de cómo algunos prosperan en la adversidad y se fortalecen.

En lugar de solo resistir el estrés, los sistemas antifrágiles se fortalecen bajo presión. Según tu experiencia, ¿qué elementos son esenciales para que una empresa se vuelva antifrágil?

Si hablamos de una organización, lo primero es aceptar los desafíos, la evolución y la incertidumbre. La antifragilidad se basa en un concepto del libro de Nassim Taleb que afirma que no basta con resistir las dificultades; es importante fortalecerse con ellas.

Las empresas deben estar dispuestas a asumir riesgos y cometer errores, ya que estos son necesarios para el crecimiento. Además, se requiere confianza entre los equipos y el liderazgo, una cultura donde si alguien falla, no enfrente repercusiones graves, y donde el equipo sienta que puede innovar sin miedo.

Con tu experiencia, has trabajado con líderes que abrazan la agilidad. ¿Cómo ves el concepto de mejora continua en un ambiente que prioriza la antifragilidad?

Los equipos ágiles tienen un gran potencial para ser antifrágiles debido a su enfoque en la mejora continua y en el aprendizaje a través de los errores. No probamos solo para tener éxito; también buscamos los límites del sistema.

Creo que los equipos que practican agilidad, y además adoptan un enfoque antifrágil, pueden abordar desafíos de una forma muy poderosa. Por ejemplo, al realizar retrospectivas, los equipos deben estar dispuestos a enfrentar las áreas incómodas de mejora.

En el blog de Paradigma Digital, publicamos un artículo sobre cómo la cultura organizacional puede ser una barrera para la antifragilidad. ¿Qué piensas sobre construir una cultura que no solo tolere, sino que valore la disrupción?

Buena pregunta. Muchas empresas han cometido errores visibles y aún así han aprendido de ellos. SpaceX, por ejemplo, no teme que sus cohetes exploten porque, al analizar los errores, se vuelve más fuerte.

Si una organización controla excesivamente cada movimiento de los equipos, desanima la innovación. Hay que permitir cierta libertad para experimentar y aprender de los fracasos. La mejor forma de mejorar es probando y observando, no planificando cada detalle al milímetro.

Hablemos de los equipos empoderados y la toma de decisiones descentralizada. ¿Puedes darnos ejemplos de éxito donde esto haya acelerado el cambio?

Cuando he trabajado con grandes empresas, he visto algunas que crean áreas de innovación y permiten que sus empleados sugieran ideas, incluso arriesgando hasta 100.000 dólares en estos proyectos. Esta inversión controlada en ideas del personal ayuda a identificar oportunidades y adaptarse más rápido al mercado. Así es como las organizaciones pueden experimentar de forma segura y responder rápidamente a los cambios del mercado.

En muchas organizaciones se habla de diversidad de pensamiento como una ventaja competitiva. ¿Cómo pueden los líderes fomentar esa diversidad sin que parezca solo otra iniciativa corporativa?

Las iniciativas de diversidad son complicadas, pero empiezan por escuchar ideas de diferentes perspectivas. Las innovaciones más interesantes suelen surgir de la combinación de elementos que nunca se habían unido antes.

Por eso, la diversidad en las empresas permite descubrir enfoques innovadores. Es esencial fomentar un entorno en el que todas las ideas sean valoradas por igual y se reconozca el valor de cada individuo en el equipo.

Chris, has mencionado la importancia de crear un entorno seguro para que los equipos puedan aprender de los errores. ¿Cómo pueden los líderes fomentar un ambiente donde fallar sea seguro y útil?

Un buen líder debe reconocer que las grandes ideas no surgen de manera inmediata. La innovación necesita espacio para fallar y aprender. Si imponemos expectativas de perfección, los equipos se volverán reacios a experimentar.

Por el contrario, si ofrecemos un entorno en el que se permite fallar y se reconoce el aprendizaje, podemos ver mejoras significativas en la innovación. La clave es minimizar las consecuencias de los errores mientras se aprende de ellos.

¿Cuáles serían los primeros pasos prácticos que recomendarías para crear organizaciones antifrágiles?

Recomiendo comenzar con experimentos pequeños y buscar a las personas dentro de la empresa que estén dispuestas a asumir riesgos. Estas personas, que ya se sienten cómodas con el cambio, serán los primeros en adoptar un enfoque antifrágil.

Además, es importante limitar los experimentos a áreas específicas, para no poner en riesgo toda la organización. Es como hacer simulaciones para prepararse, como los ejercicios de primeros auxilios: no podemos aprender en situaciones de estrés sin algo de preparación.

Por último, Chris, si tuvieras que dar un consejo a un líder que no está seguro de abrazar la antifragilidad, ¿qué le dirías?

Le diría que se desafíe a hacer algo que le incomode un poco cada día. Quizá hablar con alguien nuevo, o hacer una presentación. Enfrentarse a estos pequeños desafíos ayuda a construir confianza y hace que aceptar la antifragilidad sea más fácil. Esta práctica diaria de superar la incomodidad es poderosa y crea una base sólida para enfrentar desafíos más grandes.

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Imagen de portada: Unsplash