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María Ramiro 03/10/2019 Cargando comentarios…
En el mundo Agile la pregunta “¿puedo ahorrarme la figura del Scrum Master?” suele ser frecuente. Te contamos por qué en Paradigma apostamos por este perfil y qué beneficios aporta a nuestros proyectos.
En un mundo ideal tendríamos un equipo auto-organizado capaz de llevar un proyecto Agile y no haría falta un Scrum Master. ¿Quién no ha soñado con ello?
En la primera versión de Scrum, no hay una mención explícita al Scrum Master. Pero la realidad es muy distinta, por eso en versiones posteriores aparece la necesidad de incluir una persona que adopte el rol de coach, acompañando y entrenando al equipo.
De hecho, la figura de coach ya era popular en el año 2003 cuando se debatía sobre su rol en el éxito de compañías, podemos ver un ejemplo en este resumen de la 18ª conferencia de la ACM.
A día de hoy, ni he conocido, ni me han hablado de ningún equipo que fuera tan maduro como para funcionar sin Scrum Master. Puede que pasado un tiempo, y dependiendo del equipo, no se necesite tanta dedicación del Scrum Master, pero todo esto depende de la madurez que vayan adquiriendo.
Hoy en el blog, y desde la visión que tenemos en Paradigma sobre este rol, lanzamos la siguiente pregunta, ¿para qué necesito un Scrum Master?
Antes de arrancar, debemos reflexionar sobre algunas cosas como:
Siempre habrá trabajo que hacer, ya que la situación es cambiante. No hay que perder el foco de la importancia que tiene este rol dentro de un equipo.
Tal vez, hemos podido tener una mala experiencia con este perfil, y este puede ser uno de los motivos por los que nos genera desconfianza. Además, podemos tener duda de su efectividad, ya que su trabajo llega a ser invisible. El Scrum Master es un perfil que aporta valor, producido de una manera indirecta.
Veamos cómo puede aportar valor, estas son algunas de las realidades en las que puede hacerlo:
En nuestro día a día surgen impedimentos, y no pocos, ¿verdad? El Scrum Master tiene que enseñar al equipo cómo resolverlos de manera autoorganizada, no debe dar la solución, sino guiarles por el camino que deben tomar para su resolución, así aprenderán cómo hacerlo.
Facilita, ¿el que? Cualquier cosa que vea necesaria, una conversación, una reunión, una dinámica… Debe identificar en cada momento qué necesidad existe y saber cómo afrontarla, utilizando los recursos de los que disponga.
Me gusta mucho una frase que le he escuchado muchas veces a un compañero agilista:
“Como Scrum Master debemos tener un cajón lleno de herramientas, cada uno tiene el suyo, no todos tenemos las mismas... y saber usar cada una en el momento preciso”, Gabriel Salafranca.
Debemos recordar y tener muy presentes los valores de Scrum: compromiso, foco, franqueza, coraje y respeto. Veremos cómo están presentes en ¡TODO!
Los valores son la base de todo y deben estar presentes en nuestro día a día. Muchas veces nos ponemos a implementar Scrum, o cualquier otro método, y centramos todas nuestras fuerzas y energías en seguirlo al pie de la letra dejando a un lado nuestros queridos valores.
Debemos ponerlos en primer lugar para poder construir una casa desde los cimientos, así perdurará en el tiempo ante las inclemencias que puedan llegar…
El Scrum Master debe ser un líder servicial, que difunda con el ejemplo la implementación de los valores, para lo cual debe tenerlos muy interiorizados.
Conocer los objetivos que tiene el cliente o incluso ayudarle a identificarlos. Una vez identificados asegurarse de que todos los conocen y que están alineados (development team, PO, Stakeholders…). De esta manera el development team tiene claro hacia donde estamos remando e incluso poder aportar mejoras.
Garantizar que no existen puente entre cliente y equipo para crear un entorno de confianza y colaboración en el que todo el mundo sea libre de preguntar lo necesario. Los cuellos de botella son los archienemigos de los flujos de trabajo eficientes.
Enfocarse en el valor (maximizar), tendrá una visión de las necesidades que el cliente pueda tener y ayudará a alcanzarlas mediante prácticas ágiles.
Las prácticas son importantes pero pondremos foco en el valor y la calidad.
El Scrum Master enseñará al equipo a navegar por los conflictos:
¡Cuidado! No todos los conflictos tienen por qué ser negativos. Las relaciones que perduran en el tiempo, requieren de conflictos productivos para crecer.
Para ello debemos crear confianza y cultivar coraje. Los equipos sin confianza ni siquiera llegarán en muchas ocasiones a discutir abiertamente sobre ideas importantes que pueden llegar a convertirse en una mejora para el equipo, para alcanzar la meta, para aumentar la calidad...
Poner foco en las personas es fundamental, implementar Scrum es una cosa, pero no debemos olvidarnos de lo principal, las personas que hay detrás de TODO.
No debemos olvidar lo que nos dice el manifiesto Ágil: “Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas”.
Como buen líder, el Scrum Master debe ayudar a los integrantes del Scrum Team a crecer profesionalmente. Para ello será capaz de detectar sus vulnerabilidades, áreas de mejora y les enseñará a superarse, consiguiendo mejorar día a día.
El Scrum Master será un observador, identificando dónde tiene que poner foco, ayudando a recorrer el camino al equipo y apoyándolos allí donde más lo necesiten. En resumen:
“Debemos ayudar al sistema a encontrar sus propias soluciones”
Si a un motor le quitas una pieza no creo que funcione. En equipos Ágiles la figura del Scrum Master es tan necesaria como las demás.
Repasando un poco todo lo que hemos visto hasta ahora podemos ver las múltiples cosas de las que se ocupa un Scrum Master:
Ya es hora de dejar de “justificar” para qué necesitamos este rol en nuestros equipos, demos un voto de confianza y comprobemos resultados, entonces podremos valorar qué necesitamos y qué no.
Por último, y no menos importante, me gustaría señalar que un Scrum Master no es más que un integrante del equipo, que aportará su granito de arena. Es injusto esperar de él que sea un Superman.
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