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Esther Estevez 17/10/2019 Cargando comentarios…
El foco es uno de los valores de Scrum pero, ¿cómo logramos enfocarnos y no distraernos? ¿Cómo se puede hacer que un equipo entre en sintonía? ¿Cómo cambiamos de contexto y “refrescamos” el cerebro para ponernos con otra cosa o entrar en un evento?
La guía de Scrum contiene 19 páginas de explicación de procesos y apenas dos párrafos hablando de los valores. Sin embargo, esta pequeña mención es la base sobre la que se sostienen los pilares de Scrum.
Por muy bien que sigamos los procesos que se marcan en la guía de Scrum, si nos faltan los valores, no lo estaremos haciendo bien.
El foco nos ayuda a maximizar el valor que entregamos al cliente en nuestros productos maximizando nuestra concentración a la hora de trabajar. El foco hace eficientes nuestras reuniones evitando sesiones interminables del “día de la marmota”.
También evita que otros interesados desvíen el trabajo de los equipos de desarrollo. El foco facilita que el compromiso con el objetivo del Sprint se haga realidad.
Y aquí es donde podemos aprovecharnos de la potencia del Mindfulness. En realidad, Mindfulness significa atención o conciencia plena. Es precisamente cuando estamos plenamente atentos a lo que estamos haciendo cuando focalizamos al máximo.
Sin embargo, ¡cuidado! No debemos pensar que el mindfulness es la nueva bebida energética que consigue que nuestros desarrolladores trabajen a doble de velocidad.“Ok, Esther, supongamos que tienes razón… ¿Cómo puede el mindfulness ayudarnos en nuestro día a día?”. Veamos cómo en diferentes situaciones.
Durante el Sprint, el equipo tiene que concentrarse en desarrollar los elementos de la pila de producto previstos en la reunión de planificación del Sprint, de cara al compromiso adquirido con el objetivo del Sprint.
El foco nos permite evitar las interrupciones que nos hacen perder la concentración. Se estima que por cada interrupción se requieren unos 10 minutos para lograr volver al estado de concentración anterior.
Hay muchas y muy variopintas prácticas para evitar las interrupciones externas: desde sistemas de gestión de la productividad como el Pomodoro, hasta gestión visual como el uso de cascos sin sonido, el semáforo de “concentrado”, el sombrero de no molestar, etc…
Sin embargo, las más difíciles de evitar son las interrupciones internas. Sobre todo cuando la tarea que tenemos entre manos no nos agrada.
Es el mítico ir a abrir y cerrar la nevera sin coger nada cuando estudiamos, el revisar el correo o móvil en vez de seguir con lo que estamos haciendo, el pensar en que no se te olviden comprar tomates porque en la ensalada de ayer se acabaron los últimos, el que no se te olvide pedir cita en el médico...
El mundo de la gestión de la productividad también ha estudiado esto. El sistema GTD trata de evitar este tipo de preocupaciones basándose en que si lo tienes todo registrado, no tienes que prestarle atención a estos pensamientos y los puedes dejar ir.
No se te va a olvidar porque lo tienes apuntado y cuando toque es cuando le prestarás atención. Ya no tienes que prestar atención al pensamiento, sin embargo, la interrupción y la falta de concentración ya se han producido.
Es en este punto en el que el mindfulness nos puede ayudar. Practicando regularmente el mindfulness entrenaremos nuestro cerebro en el ejercicio de dejar ir los pensamientos. Así, poco a poco, desarrollaremos el músculo que nos permitirá evitar las interrupciones.
Vamos a probarlo, hagamos una pequeña prueba. Relájate y observa los pensamientos que llegan a tu cabeza. Seguramente sean pensamientos diversos. Observa cómo son, de qué temática.
Ahora céntrate en uno de ellos, regístralo, agradece a tu cerebro por él y déjalo marchar. Ahora observa el siguiente pensamiento que cruce tu mente. Nuevamente regístralo, agradece y déjalo marchar. Después de haber hecho este ejercicio varias veces, ¿no te ha resultado más sencillo dejarlo marchar que la primera vez?
Cuanto más practiquemos, más fácil nos resultará concentrarnos sin interrupciones internas y más sencillo será evitar desconcentrarnos con interrupciones externas. Pero veamos otra clase de situaciones.
Scrum tiene muchos momentos en los que, en vez de dejar ir los pensamientos, queremos abrazarlos y desarrollarlos porque las nuevas ideas son bienvenidas. Tanto en la reunión de revisión del Sprint como en la retrospectiva alternamos fases de divergencia y convergencia.
En la divergencia tratamos de generar pensamientos, ideas y acciones diferentes y creativas para en la posterior fase de convergencia aterrizar las ideas y traducirlo en un plan real.
Hay, por ejemplo, algunas dinámicas que nos invitan a visualizar el futuro. En esas situaciones, a mí me gusta empezar con una respiración concentrada. Primero fijándonos en la respiración, notando como entra y cómo sale el aire de nuestro cuerpo.
De esta manera rompemos con lo que hacíamos anteriormente y cambiamos de contexto. También nos sirve como corte para desechar las interrupciones internas. Y aprovechamos así la concentración interna en la respiración y empezamos a desviar la atención de dentro hacia afuera.
Sin embargo, fuera ya no se encuentra el presente, la sala en la que te encuentres. Fuera está el futuro de tu producto, los usuarios utilizándolo, el Sprint siguiente… lo que sea que la dinámica en cuestión nos invite a pensar.
Y como estamos ahí podremos concentrarnos en los detalles: ¿qué está ocurriendo? ¿quién está ahí? ¿cómo se siente la/s personas presentes? ¿cómo te sientes tú? ¿qué ha ocurrido para llegar a esa situación? ¿qué no ha ocurrido?
Para mí, la suma de la técnica de respiración con la visualización es un caballo ganador. Esto lo he utilizado y os puedo asegurar que es muy potente y no requiere demasiado tiempo.
Además, no solo es aplicable en los eventos de inspección y adaptación. También queremos nuevas ideas y creatividad en la otras situaciones, como la llamada segunda fase de planificación del Sprint en que tomamos los elementos de la pila de producto y los descomponemos a la vez que definimos a grandes rasgos cómo vamos a desarrollarlo.
A medio camino entre ambos tipos de concentración tenemos prácticas que nos permiten facilitar el cambio de contexto. Es cierto que existen un montón de dinámicas rompehielos y quitasueños que nos sirven para este propósito, pero quizá usar una dinámica de mindfulness pueda ser más adecuada para una sesión en concreto.
Hay gente que asegura que después de una simple respiración guiada de 1 minuto de todo un grupo, los cerebros se sintonizan y las sesiones fluyen más coordinadas y mejor.
Y ponen como ejemplo haber practicado el juego The Mind antes y después de la sintonización y que mejoran claramente los resultados. Este juego consiste en contar/ordenar unas cartas sin hablar y sin saber qué números tienen los compañeros.
El foco no es el único punto de Scrum que se puede aprovechar de las bondades del mindfulness. Podemos utilizar algunas técnicas para incrementar la empatía entre los miembros de los equipos.
Una simple sesión de 5 minutos mirando de frente fijamente a la cara a un compañero en silencio incrementa la energía entre los dos de una manera espectacular. ¿Por qué no hacer una sesión de circling entre todo el equipo?
La relación entre el mindfulness y el Scrum no es directa. Algunos pueden pensar que solo se relaciona con el foco. ¿Solo? Quizá el problema es no saber ver la potencia y necesidad del foco dentro de Scrum. ¿Qué sería de la Daily sin el foco? ¿Qué nos ocurre en la Daily cuando no hay o perdemos el foco?
Es cierto que son dos disciplinas completamente diferentes que atañen a cosas distintas. Sin embargo, pueden surgir sinergias entre ellos si usamos los puntos fuertes de mindfulness para mejorar los puntos débiles de nuestras implementaciones de Scrum, como por ejemplo, la falta de concentración y de foco en el día a día.
Cuando estás en las trincheras cualquier rayo de luz es bienvenido. Llega un momento en que la teoría te la sabes y necesitas algo más para mejorar tú como profesional y como equipo. Si solo sabes usar un martillo, siempre lo utilizarás para todas las tareas de bricolaje. Aquí os dejo una llave inglesa diferente.
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