Durante estos meses de pandemia, nos hemos dado cuenta (todavía más) de la importancia de disponer de los datos en tiempo y forma adecuados para tomar decisiones acertadas. Las tecnologías asociadas al ámbito de Data & Analytics crecen en cuanto a capacidades y funcionalidades a pasos agigantados para intentar hacernos la vida más fácil.

Es, por tanto, de gran valor entender cómo queremos que nuestra organización trabaje con los datos para elegir las tecnologías más adecuadas que nos permitirán cubrir las necesidades y funcionalidades deseadas.

¿Cuál es la gran dificultad?

Vivimos en un mundo en el que priman los resultados a corto plazo, la rapidez para disfrutar de nuevos features y el corto ciclo de vida de los desarrollos debido al crecimiento tecnológico exponencial.

Es por ello fundamental definir una estrategia de datos con objetivos claros y alcanzables y recorrer este camino con pequeños pasos que nos demuestren el valor de manera incremental e iterativa, acercándonos paulatinamente a nuestro objetivo.

En este punto, necesitamos entender el concepto “Estrategia”. Hagamos uso de la definición: "Serie de acciones muy meditadas, encaminadas hacia un fin determinado".

Extrapolando esta definición al ámbito que nos ocupa, la estrategia de datos debe tener como finalidad que las organizaciones trabajen con el dato como un activo que les permita ser más eficientes para completar los procesos de negocio.

Para definir la estrategia debemos trabajar en los siguientes puntos clave:

¿Dónde estamos actualmente?

¿Qué decisiones vamos a tomar?

¿Cómo lo haremos?

Los puntos clave anteriormente citados se trabajarán durante un periodo de reflexión en el que debemos tener en cuenta los siguientes principios:

"Diseñar una estrategia ganadora es el arte de hacer preguntas, experimentar y luego renovar constantemente el proceso de pensamiento al cuestionar las respuestas", Constantinos Markides.

Hemos definido la estrategia, ¿y ahora qué hacemos?

Definir una estrategia es una decisión valiente y en muchos casos necesaria para mejorar nuestro status quo y ser más competitivos en el mercado. Pero la estrategia también lleva de la mano un compromiso a nivel de organización y unas expectativas que debemos trabajar para alcanzar. Conseguir nuestros objetivos dependerá de nuestro esfuerzo diario y deberemos respetar, como mínimo, las siguientes directrices:

"Los planes son solo buenas intenciones a menos que degeneren inmediatamente en un trabajo duro", Peter Drucker.

"La estrategia está muy bien, pero vale la pena pensar de vez en cuando en los resultados", Winston Churchill.

"Los buenos líderes empresariales crean una visión, articulan la visión, poseen apasionadamente la visión y la conducen implacablemente hasta su finalización", Jack Welch

"Altere estrategias y tácticas, pero nunca sus principios", John Kessel.

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