Paradigma comenzó inicialmente en 2007 como una empresa puramente tecnológica. Colaboramos en estos orígenes con algunas agencias de diseño, pero pronto empezamos a sentir de que no estábamos 100% satisfechos con el resultado final de los proyectos.

Si bien la tecnología que había por debajo funcionaba como un reloj y nuestros proyectos terminaban con éxito, algo no terminaba de encajar para nuestro nivel de exigencia.

Alrededor de 2010, decidimos crear un grupo de experiencia de usuario y empezamos a abordar proyectos de Internet completos. Perfiles de UX y perfiles técnicos empezaron a trabajar codo con codo durante todo el proyecto, y con eso experimentamos un salto de calidad en los resultados.

Estábamos listos para el siguiente paso: ayudar a nuestros clientes en su estrategia digital. La prueba de ello es que fueron los propios clientes los que comenzaron a demandarnos este tipo de servicios.

En 2011 empezamos a hacer nuestros primeros workshops de diseño de producto y pronto comenzamos a ayudar a nuestros clientes a definir su estrategia en Internet, o incluso acompañarles en eso que ahora todos llamamos transformación digital, a la par que evolucionamos nuestro concepto de empresa hacia una empresa de Internet.

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Pero no queríamos abordar la estrategia digital de la forma que se entiende en las consultoras tradicionales, con entregables al peso y conclusiones muy superficiales. Ni tampoco queríamos abordarlo como las agencias de diseño, que se abstraen de la tecnología.

Buscábamos una forma más práctica y efectiva, basada en dinámicas de grupo y entregables muy visuales; más alineada con la filosofía lean y tratando siempre de explotar las ventajas competitivas que aportan las últimas tendencias tecnológicas.

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Las dinámicas de grupo son por tanto la parte fundamental en nuestros trabajos de estrategia digital. Las hemos ido perfeccionando y personalizando hasta tener un set propio de dinámicas y ejercicios que aplicamos en función de las necesidades de cada proyecto:

En estas dinámicas los clientes ponen sus conocimiento de negocio y Paradigma aporta su conocimiento de Internet. Para no extenderme en exceso, en este post me limitaré compartir algunas referencias que fueron para nosotros el punto de partida sobre el que hemos ido desarrollando nuestro propio método y estilo.

En sucesivos post entraremos en detalle de cada una de estas dinámicas que utilizamos, particularizando en cuando aplican y nuestra experiencia personal.

Inception

Sabemos que una toma de requisitos y análisis tradicional no funcionan en proyectos de Internet, pero tampoco teníamos una alternativa. Con este espíritu nació Inception: una forma rápida y ligera de definir los fundamentos de un producto, creando un documento que alinee los requisitos de todos los implicados.

Es una dinámica de trabajo que se basa en reunir a la gente correcta en la sala y hacer juntos 8 curiosos ejercicios, de forma que en una única sesión se obtiene una visión bastante buena de lo que se pretende conseguir con el proyecto y lo que pretendemos evitar, haciéndolo además de una forma divertida.

Cuándo aplicar: Para definir la visión y objetivos de un producto digital.

Referencias: The Agile Samurai. Jonathan Rasmusson.

The business model canvas

Escribir un Business Plan de 50 páginas es una pérdida de tiempo para un proyecto de Internet. Esta herramienta se basa en que puedes recoger el mismo nivel de información en una sola página que se entienda mucho mejor y te ayude además a identificar la esencia de tu negocio, además de validar las hipótesis necesarias para que funcione.

Consiste en sintetizar tu negocio como una relación entre 9 bloques: segmentos de clientes, canales, relación con clientes, propuesta de valor, actividades clave, recursos clave, socios clave, ingresos y costes.

El canvas es además una buena herramienta donde aplicar los principios de la estrategia del océano azul, que (simplificando mucho) consiste en definir qué se puede eliminar, reducir, aumentar o crear para crear una oferta diferencial y posicionarte en un espacio libre de competencia.

Cuándo aplicar: Para definir y testear modelos de negocio.

Referencia: “Business Model Generation”, Alexander Osterwalter & Yves Pigneur. “Blue Ocean Strategy”, W. Chan Kim & Renee Mauborgne.

Visual thinking toolkit

Uno de los mayores retos en el diseño estratégico no son las buenas ideas, sino la claridad a la hora de definirlas y compartirlas. Un simple diagrama es muchas veces más potente que una Excel o un Powerpoint y sirve además para generar ideas, pensamiento lateral y comunicar.

Esta herramienta se basa en una serie de ejercicios fundamentados en el pensamiento visual, que ayudan a clarificar un problema o vender una idea de una forma visual, ayudando a despertar en el equipo de trabajo nuestra capacidad innata para mirar, ver, imaginar y mostrar.

Cuándo aplicar: Para clarificar un problema o vender una idea.

Referencia: “The back of the napkin”, Dan Roam.

Cada trabajo de diseño estratégico es un mundo, y no hay una solución mágica que valga para todos, ya que cada proyecto tiene una situación de partida y unos condicionantes diferentes.

A veces es simplemente una idea la que hay que dar forma con algunos ejercicios de definición de producto, o a veces es una empresa completa que requiere redefinir su estrategia digital y su modelo de negocio con otros ejercicios diferentes.

Lo importante es identificar bien el punto de partida y qué se pretende conseguir tras la dinámica, para a partir de ahí buscar el ejercicio más adecuado con el que cubrir estos objetivos.

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