En los últimos tiempos, la adopción de servicios en la nube ha transformado radicalmente la forma en que las organizaciones gestionan sus infraestructuras tecnológicas.

Si bien es verdad que la nube ofrece beneficios innegables como pueden ser la escalabilidad, la flexibilidad y la reducción de costos operativos, muchas empresas encuentran razones significativas para mantener parte de su infraestructura en sus propios centros de datos.

Algunas de estas razones pueden ser, entre otras, la necesidad de cumplir con regulaciones específicas de soberanía de datos, la necesidad de tener baja latencia en los sistemas o la preferencia por mantener ciertos sistemas críticos cerca de sus recursos físicos.

La convergencia de estas necesidades ha llevado a una creciente demanda de soluciones híbridas que combinen lo mejor de ambos mundos: la agilidad y la innovación de la nube con el control y la seguridad de los entornos on-premises.

Aquí es donde entra en juego AWS Outposts.

AWS Outposts es una solución pionera diseñada para ofrecer una experiencia híbrida verdaderamente uniforme, la cual permite a las empresas ejecutar servicios de AWS en sus propios centros de datos, integrando de manera perfecta la infraestructura local con la nube.

Contexto de la Nube Híbrida

Antes de nada, es importante entender el contexto de la nube híbrida para entender mejor la propuesta que proporciona AWS Outposts.

Una estrategia de nube híbrida combina entornos tanto de nube privada como de nube pública.

Cuando hablamos de nube privada, nos referimos a una infraestructura de TI dedicada exclusivamente a una organización. Esta infraestructura puede estar alojada en las propias instalaciones de la empresa (lo que conocemos como on-premises) o en un centro de datos de un proveedor de servicios.

Las nubes privadas ofrecen altos niveles de control y seguridad, lo que las hace ideales para aplicaciones y datos sensibles que requieren conformidad con regulaciones estrictas. Sin embargo, la nube privada puede ser costosa de mantener y no siempre ofrece la misma escalabilidad flexible que la nube pública.

Por el contrario, la nube pública es una infraestructura compartida, operada por proveedores de servicios de nube como AWS, Microsoft Azure o Google Cloud.

Los recursos en la nube pública son altamente escalables y se facturan generalmente en función del uso, lo que permite a las empresas escalar rápidamente sus operaciones sin la necesidad de invertir en hardware costoso.

Sin embargo, la nube pública puede presentar desafíos en términos de cumplimiento normativo y control de datos, especialmente para industrias altamente reguladas.

En este contexto, aparece la nube híbrida, que busca combinar lo mejor de ambos mundos: la seguridad y el control de la nube privada con la flexibilidad y escalabilidad de la nube pública.

Imagen que muestra una nube híbrida en base a una nube privada y otra pública

En un entorno híbrido, las organizaciones pueden ejecutar aplicaciones y almacenar datos tanto en su infraestructura privada como en la nube pública, moviendo cargas de trabajo entre ambos entornos según sea necesario, aprovechando la escalabilidad de la nube pública para cargas de trabajo dinámicas, mientras mantienen el control sobre datos y aplicaciones críticas en sus instalaciones.

Esto permite una mayor agilidad y optimización de recursos, adaptándose a diferentes necesidades operativas y presupuestarias.

Si bien todo esto parece muy lógico y apropiado, hay que tener en cuenta que implementar una infraestructura híbrida no es una tarea sencilla. Las empresas enfrentan varios desafíos al intentar integrar sus centros de datos locales con servicios de nube pública, como pueden ser el manejo de inconsistencias entre los entornos hardware y software, la compatibilidad de aplicaciones, la gestión de la seguridad o el rendimiento, entre otros.

Este tipo de desafíos han provocado la aparición de soluciones que permiten a las empresas beneficiarse de una estrategia de nube híbrida al solventar o mitigar las complejidades de este enfoque y hacer uso de los aspectos positivos. Una de esas soluciones, obviamente, es AWS Outposts.

Entonces, ¿en qué consiste AWS Outposts?

Como hemos ido adelantando, AWS Outposts es una solución de infraestructura híbrida que permite a las organizaciones ejecutar servicios de AWS en su propio centro de datos, proporcionando una experiencia de nube consistente y sin problemas.

Podemos verlo como una extensión de los servicios de AWS en tu propio centro de datos, permitiendo la ejecución de infraestructura de AWS on-premise. Esta capacidad es particularmente valiosa para organizaciones con requisitos específicos que no pueden ser completamente satisfechos por los servicios en la nube pública.

Tabla que muestra qué servicios cubre la nube pública y qué servicios cubre la nube privada en un entorno híbrido

Dicho esto, ¿cómo es capaz AWS Outposts de conseguir eso?

Pues bien, esto es posible gracias a unos componentes esenciales dentro de la infraestructura como son los racks, hardware que se instala en el centro de datos de una organización y están preconfigurados con los componentes necesarios (servidores, almacenamiento, red, etc.) para ejecutar servicios de AWS de manera local.

Estos racks contienen hardware y software diseñados y gestionados por AWS, lo que garantiza que la integración con la nube pública sea perfecta y proporcione una experiencia de uso óptima.

Este aspecto no es baladí, ya que da solución a la gran mayoría de los problemas de compatibilidad entre los distintos servicios dentro de una infraestructura híbrida, debido a la compatibilidad testada de la gran variedad de servicios y herramientas que ofrece AWS Outposts y que permiten a las organizaciones construir y desplegar aplicaciones de manera eficiente, como Amazon EC2, Amazon EBS, Amazon RDS, Amazon S3 o Amazon ECS/EKS.

Tabla con servicios de nube pública y nube privada donde se muestran las competencias de AWS y las del corporate data center

Otro aspecto interesante es la manera en la que se realiza la comunicación entre AWS Outposts y la nube pública.

Este servicio se ha diseñado para operar con la región AWS más cercana, estableciendo una conexión de red dedicada, segura, estable y de alta velocidad.

Este diseño resuelve de manera eficaz uno de los principales puntos de complejidad de las soluciones híbridas, como es la comunicación entre el centro de datos y la infraestructura de AWS junto a la problemática de inconsistencias o seguridad.

Imagen donde se muestra la parte conectada entre AWS Region y Corporate data center

De esta forma, asegura que los servicios y recursos locales de AWS Outposts estén completamente integrados con la nube de AWS, permitiendo la interoperabilidad entre las aplicaciones locales y en la nube. Los datos pueden moverse sin problemas entre ambos entornos, lo que proporciona flexibilidad y escalabilidad para las cargas de trabajo dinámicas.

Además, esta conexión asegura que los racks estén actualizados con las últimas características y parches de seguridad, y que reciban soporte técnico y de infraestructura de AWS de manera oportuna y eficiente. Para todo ello, es imperativo conectar AWS Outpost a la red local.

A nivel de gestión, AWS Outposts utiliza las mismas herramientas de gestión que la nube de AWS, incluyendo AWS Management Console, AWS CLI y AWS SDK, lo que facilita la administración de la infraestructura híbrida, permitiendo a los administradores gestionar recursos locales y en la nube de manera centralizada y coherente.

Existen también otra serie de beneficios muy interesantes a la hora de construir una infraestructura híbrida, como la consistencia operativa al tener una experiencia uniforme y consistente por no tener la necesidad de manejar entornos dispares, la reducción de complejidad al gestionar una infraestructura híbrida debido a que toda la solución está totalmente gestionada por AWS o la optimización de recursos al poder combinar recursos locales con recursos en la nube y adaptarse a distintas demandas operativas.

Si bien nos estamos quedando en una visión a muy alto nivel, podemos ver que AWS Outposts ofrece características ideales para mitigar los desafíos a los que uno se expone al plantearse soluciones de este tipo.

Ahora, en el hipotético caso de que hayamos evaluado su uso y queramos plantear una la solución con AWS Outposts para nuestra organización, ¿qué tengo que hacer? ¿por dónde empiezo?

¿Cómo empezar con AWS Outposts?

En primer lugar, siempre se recomienda contactar con el equipo de ventas o soporte de AWS para discutir las necesidades específicas de tu caso, ya que pueden ayudar a entender si AWS Outposts es adecuado para tu caso y ofrecerte una orientación preliminar tanto a nivel técnico como a nivel de precio.

A partir de aquí, hay que seguir un proceso que va a permitir configurar AWS Outposts de la forma ideal a los requerimientos de la organización.

Gráfica donde se muestran los pasos para configurar AWS Outposts
  1. En una etapa inicial se trabaja con arquitectos de soluciones de AWS para diseñar una arquitectura que se adapte a las necesidades, trabajando en aspectos como la configuración adecuada para el hardware, la planificación de la conectividad de red o consideraciones de seguridad. Una vez hecho este trabajo, hay que seleccionar la configuración final de Outposts, ya que AWS ofrece diferentes configuraciones. Se tiene que elegir cosas como el tipo y cantidad de racks, la capacidad de almacenamiento y demás componentes.
  2. Decidida la configuración adecuada, hay que realizar el pedido a través del portal de AWS Management Console o con la ayuda del equipo de ventas de AWS. Ahora es turno del equipo de AWS, que valorará la petición ya que, para poder llevar a cabo la configuración de los racks, el sitio/espacio en el que se quieren instalar tiene que cumplir una serie de requisitos que aseguren un entorno adecuado para la operación y mantenimiento del hardware (espacio, refrigeración, etc.).
  3. Si todo está en orden, se aprobará la solicitud y el equipo de AWS instalará y configurará los racks de Outposts en el centro local, donde realizará las acciones pertinentes para preparar el servicio, como conectar el hardware a la red corporativa, la configuración de seguridad y accesos o validar la conectividad con la región de AWS correspondiente.
  4. Finalmente hay que integrar las aplicaciones y servicios con AWS Outposts, donde se realizarán pruebas exhaustivas para comprobar que todo funcione y que se cumplan requisitos de rendimiento y latencia. Para ello, se pueden usar herramientas de monitoreo y administración de AWS que permitan supervisar su funcionamiento.

Como podemos observar, AWS se encarga tanto del suministro, como de la entrega y la instalación de los racks, además de proporcionar capacitación al equipo sobre cómo operar y gestionar AWS Outposts.

Una vez vistas las principales características de AWS Outposts y el proceso a seguir para poder usarlo en tu centro de datos, ¿cuándo es interesante plantearse el uso de AWS Outposts?

Casos de uso interesantes

AWS Outposts se adapta a una variedad de escenarios y casos de uso, permitiendo a las organizaciones aprovechar al máximo sus infraestructuras híbridas al ayudar a resolver desafíos y optimizar operaciones en diferentes industrias y escenarios.

En primer lugar, podemos hablar de casos de uso en el que la latencia juega un papel fundamental.

Muchas aplicaciones empresariales críticas requieren baja latencia que no puede ser garantizada si los datos deben viajar a una región de AWS a cierta distancia, por lo que el uso de AWS Outposts permite ejecutar estas aplicaciones en tu centro de datos local, asegurando tiempos de respuesta rápidos, como pueden ser algunas plataformas de trading o servicios enfocados en la experiencia de usuario que requieren de tiempos de respuesta ultrarrápidos.

Además de la latencia, otro caso de uso a tener en cuenta son los que están orientados a la necesidad de una conectividad confiable o, al revés, que la conectividad no exista o sea intermitente, como se puede dar en entornos remotos o incluso desconectados donde nos permite ejecutar operaciones críticas localmente (edge computing).

Por otro lado, encontramos casos de uso en el que las normativas y regulaciones exigen que los datos se almacenen y procesen localmente. AWS Outposts proporciona una solución que cumple con estos requisitos al permitir que los datos permanezcan en las instalaciones mientras se benefician de los servicios y la gestión de AWS, como pueden ser sistemas gubernamentales que deben cumplir estrictas medidas de seguridad o servicios financieros.

Otro caso en el que AWS Outposts puede ser útil tiene mucho que ver con la tendencia actual de la modernización de aplicaciones y sistemas, ya que facilita la migración de aplicaciones legacy a una arquitectura moderna basada en la nube sin necesidad de abandonar por completo el entorno on-premises. Es habitual encontrarlo en migraciones graduales a la nube.

Para no extendernos mucho con todas las posibilidades, comentar que hay varios tipos de casos de uso en los que una infraestructura híbrida puede resultar muy interesante, la clave es identificar la necesidad.

AWS Outposts ofrece una solución versátil y poderosa para una variedad de casos de uso que requieren capacidades locales combinadas con la flexibilidad y escalabilidad de la nube. Desde aplicaciones de baja latencia hasta cumplimiento normativo, modernización de aplicaciones legadas, resiliencia ante desastres y un largo etcétera.

Evaluar y planificar cuidadosamente la implementación de AWS Outposts puede transformar la infraestructura de TI de una empresa, mejorando tanto su rendimiento como su capacidad para innovar.

Sacando conclusiones

AWS Outposts representa un avance significativo en la forma en que las organizaciones pueden gestionar sus infraestructuras de TI, combinando lo mejor de ambos mundos: la nube y el entorno local.

Este servicio innovador de AWS permite a las empresas extender las capacidades de la nube pública de AWS a sus propios centros de datos, proporcionando una experiencia de nube híbrida unificada que puede revolucionar la gestión de datos y aplicaciones.

Implementar AWS Outposts no solo mejora el rendimiento y la seguridad de las aplicaciones y los datos, sino que también impulsa la innovación dentro de las organizaciones.

Al disponer de una infraestructura híbrida, las empresas pueden experimentar y desplegar nuevas soluciones rápidamente, adaptándose a las cambiantes demandas del mercado con mayor agilidad. Esta capacidad de innovación continua es un factor diferenciador en la competitiva economía digital actual.

Aunque AWS Outposts ofrece numerosas ventajas, su implementación no está exenta de desafíos. Las organizaciones deben considerar aspectos como la preparación del sitio para la instalación del hardware, la integración con la red local y la gestión continua del entorno híbrido.

Trabajar estrechamente con expertos de AWS y seguir las mejores prácticas es crucial para una implementación exitosa.

En resumen, AWS Outposts está redefiniendo el concepto de infraestructura híbrida al proporcionar una solución que integra perfectamente la nube pública con los entornos locales.

Este enfoque permite a las organizaciones aprovechar al máximo las ventajas de la nube, mientras mantienen el control y la flexibilidad de sus operaciones locales.

Con AWS Outposts, las empresas están mejor posicionadas para enfrentar los desafíos tecnológicos del futuro y capitalizar las oportunidades de crecimiento e innovación.

AWS Outposts no solo es una extensión de la nube, sino una evolución hacia una infraestructura verdaderamente unificada que puede transformar la manera en que las organizaciones operan y prosperan en la era digital.

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