Parece que llevamos comprando en Amazon toda la vida, pero hace poco me sorprendió saber que hace solo 10 años que llegó a España. En su desembarco, algo descafeinado con respecto a lo que ya ofrecía en USA, solo podrían comprarse productos físicos como libros, discos, vídeos y electrónica. Aunque poco a poco fue incrementando su catálogo hasta convertirse en el Gran Bazar que es Amazon a día de hoy.

Ante su lanzamiento, seguramente, los únicos realmente preocupados eran los libreros. Pero la amenaza de Amazon era mayor, y Amazon llegó para revolucionar no sólo la venta de libros o el retail en general, sino prácticamente todos los sectores.

La gran revolución para el Retail español.

Rara es la semana en la que no recibo al menos dos o tres pedidos en casa, la compra online forma parte, pandemia mediante, de todos nosotros. Pero si echo la vista 10 años atrás, no era algo tan habitual.

Cuando Amazon llegó a España aquí ya teníamos eCommerce. El Corte Inglés ya tenía venta online, Privalia, PC Componentes, incluso Zara ya había lanzado su .com. Sin embargo, nuestros hábitos de consumo no eran digitales y es ahí donde Amazon ha tocado la fibra.

Amazon inventó y patentó la funcionalidad 1-Click, nos dio un motivo para darle nuestros datos de facturación y envío haciendo las compras más cómodas, así a los compradores no nos daba tiempo a reflexionar si hacer la compra o no mientras buscábamos la tarjeta y además estábamos encantados de lo fácil y rápido que hacíamos la compra.

Y Amazon llegó a España 1

¿Y los pedidos? Acostumbrados a esperar más de una semana para recibir nuestras cartas y compras, los envíos llegaban mucho más rápido. Después de experimentar por primera vez el envío en dos días gratuito (si eras Prime), los compradores comenzamos a esperar lo mismo de los demás. Esta ventaja totalmente diferencial ha estresado la logística de la competencia. 10 años después, pocos son los que pueden aguantar los envíos en dos horas, en el mismo día o incluso de un día para otro.

Y es que tener cuenta Amazon es algo que tenemos muy interiorizado e incluso ahora tener cuenta Amazon nos sirve para comprar, ver la tele, escuchar música… Pero esto al inicio no era así, pagábamos una suscripción por tener el pedido más rápido y sin pagar gastos de envío, algo impensable para la competencia que aún no ha conseguido nada parecido.

En cuanto al catálogo, Amazon no ha hecho más que crecer arrasando a su paso el sector que tocaba. Empezando por libros, discos, vídeos, electrónica… Su posterior incorporación de productos propios (como Kindle), moda y lo que muchos no vieron venir, los productos de alimentación. Primero con Amazon Prime Now y después con el reciente Amazon Fresh, muchos son los que empezamos a hacer la compra online con Amazon. Con un importe mínimo bajo para obtener gastos de envío gratis, un catálogo amplio, pocas roturas de stock y en dos horas en casa… no había competencia. Los grandes hipermercados tuvieron que ponerse las pilas y realizar una muy importante inversión si querían mantener su posición. Como usuario hacía la compra online en Amazon (salvo cuando, gajes del oficio, quería investigar cómo funcionaban otros supermercados online). No fue hasta el confinamiento, y la dificultad por obtener un slot para entrega, que no me plantee utilizar otras webs, seguro que no he sido la única.

Por si ampliar su catálogo no fuera suficiente, Amazon amplió su negocio para incluir Amazon Marketplace, una plataforma para terceros en que compradores y vendedores vendían productos nuevos o usados. Ahora la competencia no sólo tenía que intentar ser como ellos, podían aliarse a ellos y utilizar Amazon como canal de venta. Incluso más allá, los marketplaces saltan de sector y no sólo los retailers se lanzan a hacer el suyo. Seguro que más de una compañía lo tiene en su plan estratégico.

Sí, también cambió casi por casualidad el paradigma de desarrollo software.

Para las personas que trabajamos cerca de la tecnología, Amazon no sólo es un lugar donde comprar cualquier cosa. Y es que antes de que Amazon (el ecommerce) llegase a España, la compañía ya había hecho de las suyas en 2006 lanzando Amazon Web Services.

Casi por casualidad según muchos artículos, o más bien fruto de la creatividad a la hora de resolver sus propios problemas de estabilidad, Amazon lanza su plataforma en la nube para desarrolladores. En sus primeras etapas, un sitio “donde subir el código” sin tener en cuenta “el hierro” de la compañía, pero a día de hoy, una bandera de la digitalización.

¿Y qué significa la nube desde el punto de vista de negocio? La nube permite que tu plataforma esté siempre disponible, que se adapte a la demanda que tenga, lo que permite atender a más clientes siendo más eficiente en costes y sobre todo acorta el time to market. Acorta el time to market de productos y plataformas complejas, siendo los servicios que ofrecen un acelerador para prácticamente cualquier idea de negocio.

Si puedo comprar online así de fácil, ¿por qué no todo lo demás?

Facilidad de uso, inmediatez, recomendaciones… los usuarios, que no entienden de barreras entre sectores, empiezan a demandar lo mismo a sus bancos, compañías aseguradoras, etc. incluso empiezan a molestarse cuando no lo tienen. Aquí empieza la carrera por la digitalización de sectores que no sentían la amenaza directa (alguno sigue sin verlo…) pero que ven no sólo la amenaza sino la oportunidad de diferenciarse de su competencia directa.

¿Qué será lo siguiente?

Si hay algo que Amazon hace bien es diversificar. De hecho, me ha sorprendido ver en este gráfico, la cantidad de frentes abiertos que tiene y los que lidera de ellos:

Si seguimos las últimas noticias vemos su apuesta por Prime Video (nuevas producciones o emisiones de deportes en directo) o incluso el espacio.

Un poco más terrenal es su servicio de farmacia online que Amazon ya dispone en otros países, envío de medicamentos, recetas… ¿será lo próximo en llegar a España? O la siempre especulada llegada a la banca. Amazon está bien posicionada para tener éxito en el sector bancario por la frecuencia con la que se realizan compras, opiniones que dejan los clientes; tienen una relación comercial completa, incluido el registro de la tarjeta de crédito; están integrados distintos dispositivos (ordenadores, móviles, tablets... ); prestan un excelente servicio, incluida una gran política de devoluciones; y sin grandes fallos de seguridad hasta el momento.

Imaginar qué pasará con la carrera espacial y sus implicaciones se me hace complicado. Pero para los demás sectores, no cabe duda que si Amazon se lo propone va a ponerles en un aprieto. Ellos tienen varias ventajas que no tuvo el retail: ya han visto las barbas del vecino cortar y tienen muchas más herramientas a su disposición para hacer frente.

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