Un PaaS (Platform as a service) es una plataforma de desarrollo de aplicaciones Cloud. Facilita las tareas de automatización del ciclo de vida, configuración, despliegue y escalado de software para que los equipos se centren únicamente en programar las cosas que realmente aportan valor al negocio.

Los ejemplos más conocidos son: Openshift, Cloud Foundry, Google App Engine, Amazon Web Services o incluso recientemente Docker ha sacado su propia solución nativa.

Podríamos decir que un PaaS es como un IaaS vitaminado. Con la llegada de los IaaS, la red, el almacenamiento, los servidores y la virtualización se convirtieron en una commodity, algo que ya está ahí cuando comienzas el desarrollo de tu aplicación.

Un PaaS es un paso más en el mundo de la evolución de Cloud que añade componentes adicionales de los que te puedes despreocupar: la seguridad, el sistema operativo, las bases de datos, los servidores y la gestión del ciclo de vida, para que te centres únicamente en la aplicación y en los datos.

Los beneficios de desarrollar tus aplicaciones sobre un PaaS:

  1. Innovación. Permite centrarte en la capa de aplicación, simplificando el manejo de toda la infraestructura que hay por debajo. Permite por tanto centrarte en lo que negocio realmente necesita.
  2. DevOps. Plataforma unificada para sistemas y desarrollo, que cubre además todo el ciclo de Continuous Delivery y te permite estandarizar los despliegues, la creación de entornos, autenticación, enrutado, etc.
  3. Agiliza el desarrollo. Sirve como un repositorio para reutilizar arquitecturas, con muchos stacks tecnológicos ya predefinidos. Al no partir de cero se incrementa la eficiencia y se minimizan los errores.
  4. Agiliza los despliegues. Automatiza la generación de releases, la clonación de entornos y los despliegues. Te garantiza que las versiones pasan forma consistente en entre los diferentes entornos.
  5. Cloud por defecto. Las aplicaciones desarrolladas en un PaaS heredan por defecto todas las ventajas de Cloud: seguridad, escalabilidad, nuevas arquitecturas, alta disponibilidad, ahorro de costes, etc.
  6. Orquestación de aplicaciones. Cuentan con una consola Web que te permite gestionar y monitorizar las aplicaciones, además de gestionar los recursos disponibles y las cuotas de cada aplicación. Este punto es imprescindible actualmente para la gestión de muchos microservicios, me atrevería a decir que no se puede gestionar una arquitectura con un gran número de microservicios sin recurrir a un PaaS.
  7. Multilenguaje. Posibilidad de trabajar con diferentes lenguajes de programación sobre una plataforma unificada, eliminando silos en las empresas.
  8. Broadcast. Operaciones múltiples, como por ejemplo aplicar parches de seguridad en batch para todas tus apps.
  9. Minimiza riesgos. Esto se consigue gracias a la estandarización pero también porque los PaaS más conocidos tienen miles de testers y una gran comodidad detrás.

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