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Ana María Gómez 14/09/2022 Cargando comentarios…
Llevamos más de 10 años diseñando productos digitales. Estos 10 años nos han servido para tener un método propio para esa primera etapa de ideación y definición en la que preparamos todo lo necesario para comenzar a desarrollar ese nuevo e ilusionante producto digital.
Durante estos 10 años trabajando en este tipo de proyectos, con nuestro método por bandera, hemos podido comprobar cómo la inercia en el modo de trabajo de muchos clientes les hace cometer los mismos errores en esa primera etapa de conceptualización del producto. En este post, recopilamos los 10 más frecuentes.
Los procesos y burocracia de muchas compañías les hace muy difícil movilizarse para arrancar nuevos proyectos. Esto hace que se consuma mucho tiempo y recursos en procesos de RFI, RFP, aprobaciones internas, etc., que no aportan nada sobre el producto a construir. Cuando finalmente consiguen la aprobación vienen las carreras y hay que apretar para tener algo cuanto antes, sacrificando el tiempo dedicado a la conceptualización sin dejar espacio a la investigación, la ideación o la innovación. Esas prisas, las acaba pagando el usuario.
Y no, más tiempo y más detalle no garantiza el éxito. Es importante tener tiempo para investigar e idear, pero también en el mundo en el que vivimos, hay que testar hipótesis cuanto antes. Tener un método que permita paralelizar definición y desarrollo, mejorará tiempos y calidad del entregable.
En los Power Point el usuario se comporta como nosotros queremos y no como lo haría realmente. Es fundamental en todo proceso de creación de un producto hablar con el usuario, observarlo, leer qué opina… y llevar esos aprendizajes a la definición para reducir el riesgo de fracasar.
Si alguien tiene que decir algo sobre el producto, es mejor tenerlo en cuenta cuanto antes, de esta forma evitamos bloqueos u otro tipo de problemas que vengan cuando ya esté hecho o sea más costoso cambiarlo. Además, involucrar a todas las personas desde el principio ayuda a la creatividad y hace que se sientan partícipes del producto. Subir a todos al barco desde el principio, aumenta la motivación y el empuje, reduciendo la fricción y problemas a futuro.
Un producto digital necesita de líneas de código, apis, datos… Y efectivamente hay cosas que no son viables o que su viabilidad tiene un coste excesivo. Es un error muy frecuente idear sin IT, pero no hay que equivocarse, si tiene que haber stoppers vendrán antes o después, mejor no invertir tiempo y esfuerzo en vano. Y además, involucrar a perfiles con otras áreas de expertise ayuda y suma en la ideación. ¡Cuánta terapia de pareja necesita aún negocio y tecnología!
Hay que desechar la idea de que cuantas más cosas tenga un producto mejor, la clave es elegir la funcionalidad clave, la más usada, la más diferencial… y a partir de ahí seguir construyendo.
Ya tenemos un mercado muy saturado de productos digitales sean del sector que sean, hay que saber como diferenciarse y donde está el nivel de aceptación que hay que superar.
Además, hoy en día ya hay muchos productos digitales, y muchos de ellos ya tienen sus añitos y necesitan un ejercicio de reconceptualización. En estas etapas, también hay errores que se repiten.
Mantener la perspectiva outside-in y buscando de forma creativa cómo salvar las limitaciones actuales. No vale con el “esto ha sido siempre así”. Si es un ejercicio de rediseño hay que pensar que necesita el usuario, qué queremos ofrecer.
Datos de uso, incidencias, reclamaciones, opiniones reales…. Utilizarlos nos ayuda a solucionar errores, apoyarnos en los éxitos, priorizar… En definitiva, minimiza el riesgo del rediseño.
Cuando pensamos en hacer un nuevo producto nos ilusiona tener la mejor idea, ponemos mucho cariño en la conceptualización inicial, debatimos intensamente sobre cuál debería ser el MVP con el que enamorar a nuestros usuarios, corremos mucho para salir a producción lo antes posible, etc. Pero una vez que comienza el desarrollo, entramos en modo ejecución y muchos se olvidan de seguir reflexionando. En los productos que funcionan, la conceptualización, el diseño, la ideación es algo continuo. Y eso, también hay que tenerlo en cuenta a la hora de cómo abordamos esta primera etapa y preparamos el proyecto para ello.
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