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Daniel Cenizo 18/01/2021 Cargando comentarios…
Tenemos muchos ejemplos en la historia donde grupos de personas que en teoría estaban peor preparados para tener más éxito que sus contrincantes, sin embargo, lo tuvieron (como por ejemplo los Vikingos con sus invasiones en Inglaterra o Francia).
También hay ejemplos en deportes de equipo, como el fútbol, donde se han visto algunos grupos de futbolistas que, aunque individualmente no destacaban mucho a priori, luego el rendimiento de todos juntos como equipo era más que sobresaliente. Algún ejemplo reciente fue el caso del Leicester City, equipo que ganó la Premier League en 2016 contra todo pronóstico.
En este artículo expondremos las 10 condiciones que se suelen dar para lograr un equipo de alto rendimiento.
Las personas solo pueden motivarse a sí mismas, nadie puede motivarte, más allá de que alguien te inspire y te dé las ganas y energía para ello.
A principios de este año creamos un equipo Scrum con personas que nunca habían trabajado juntos ni conocían esta metodología para el desarrollo de software. Tanto el nivel de experiencia a nivel técnico como el rendimiento anterior de estas personas en otros equipos había sido mixto (algunos habían rendido satisfactoriamente, otros menos; unos estaban a gusto en sus anteriores proyectos, y otros no tanto).
Para conformar este equipo nos sentamos el equipo de gestión en una mesa redonda y expusimos, por un lado, las necesidades técnicas del proyecto y, por otro, pensamos quién podría rendir y mostrar su mejor cara en este proyecto, teniendo en cuenta que era el segundo proyecto Scrum de la compañía y a nivel estratégico era muy importante que saliera bien.
A pesar de que era el proyecto más importante del año y que todos los ojos del cliente estarían sobre este equipo, no elegimos a los mejores que teníamos en la oficina, sino a los que veíamos que les vendría bien un cambio y que además podrían aprender bastante y desatar su máximo potencial como profesionales. Ellos lo sabían, y esto les motivó para demostrar que realmente sí que eran los mejores, sobre todo ahora que estaban juntos. Esta era su gran oportunidad.
Fue el físico y matemático británico William Thomson Kelvin quien a finales del siglo XIX enseñaba a sus alumnos lo siguiente: “Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”.
Es necesario medir los resultados para superarse. Nadie se imagina a Usain Bolt entrenando sin cronómetro, sin saber si se está volviendo más rápido o más lento. Se podría decir que las métricas son el GPS para la mejora continua.
Por ejemplo, cuando empecé como Scrum Master en mi último cliente una de mis prioridades fue disponer de un sistema de métricas fiable para que el equipo pudiera conocer su progresión y así pudiera intentar superarse continuamente. Medir la velocidad de entrega de valor, el cumplimiento de objetivos, su propia satisfacción como equipo y la calidad del producto les hacía querer superarse sprint a sprint y los mantenía motivados. Menciono la palabra fiable porque si no sabes si los resultados son ciertos o no, no solo no sirven para nada, sino que pueden generar frustración o llevar a conclusiones equivocadas.
Otro claro ejemplo de la importancia que supone medir lo vemos en la película Moneyball (protagonizada por Brad Pitt). En esta película se nos presenta a un gerente de un equipo de Baseball que toma decisiones respecto a la adquisición de jugadores en función de unas métricas, lo cual le lleva a un gran éxito con un presupuesto muy ajustado.
Las métricas en Agile son importantes, como puedes leer en este artículo o este otro.
La responsabilidad individual es importante que no se diluya, sobre todo en los equipos grandes. Todos tienen que remar en la misma dirección y un claro ejemplo es lo que le ocurrió a la remera Sandra Piñeiro:
Como buen miembro de un equipo hay que procurar hablar con la persona que observemos que pueda estar empezando a mostrar cierta falta de compromiso, para así ayudarle a recuperarlo. De tal forma, ayudaremos a mantener el rumbo de nuestro equipo con velocidad constante.
Si miramos la pirámide de Maslow, podemos ver que cuando somos autónomos estamos satisfaciendo las necesidades de la parte superior de la pirámide: autorrealización y autoestima. Por eso es importante la autonomía a nivel personal.
Desde que somos pequeños queremos demostrar a nuestros padres que sabemos hacerlo todo nosotros solos, que ya somos “mayores”, autónomos e independientes, y ello se acentúa, de hecho, durante la adolescencia.
Está en nuestra naturaleza sentirnos autónomos dentro de un grupo y a la vez sentirnos seguros para poder pedir que nos echen una mano cuando lo necesitemos.
Como buen miembro del equipo es importante estar atento para dar el apoyo que necesite el alguien del grupo para que nadie se quede atrás y pueda desenvolverse con autonomía.
Para que haya unión y compañerismo dentro de un equipo todos tienen que ser capaces de confiar los unos en los otros. Saber que si alguien comete un error o decae, el equipo estará ahí al rescate para cubrirle.
De hecho, del concepto de unión y “hacer piña'' viene la palabra scrum, usada en rugby.
Como buen miembro del equipo tienes que mostrarle al resto de miembros del grupo que confías en ellos. Por ejemplo, recuerdo una ocasión en la que un desarrollador junior estaba muy nervioso porque era la primera vez que tenía que hacer una demo delante de un cliente. El día antes le dije: “Veo que has preparado la demo muy bien, con tiempo y con atención, así que lo vas a hacer bien seguro. Yo confío en ti”. Y es que yo sabía que él estaba preparado, pero quería que además supiera que tenía mi plena confianza como compañero. Sabía que eso le daría fuerzas y la seguridad que necesitaba para olvidarse de los nervios.
Hace no mucho le oí a una compañera a la que admiro mucho comentar: “Nuestra libertad acaba donde acaba nuestra responsabilidad”. Es decir:
Yo añadiría también que la libertad está relacionada con la confianza (además de con la responsabilidad). Cuando unos padres confían en sus hijos adolescentes porque ven que son maduros y responsables, les darán más libertad de acción para, por ejemplo, volver a casa más tarde. Sin embargo, si los padres ven que sus hijos no son responsables les recortarán esa libertad por falta de confianza.
La injusticia genera frustración y rechazo, lo cual va en contra de un ambiente positivo que contribuya a la eficiencia y productividad.
Las relaciones humanas basadas en el respeto y la empatía, que promueven la igualdad de oportunidades, ayudan a generar un ambiente mucho más positivo en el equipo de trabajo.
Está claro que no vamos a congeniar con todo el mundo de la misma manera, y en más de una ocasión tendremos desacuerdos, es algo inevitable. Sin embargo, el modo en que debatimos sobre esos desacuerdos, o nos relacionamos con aquellos que no nos gusten tanto, sí está en nuestra mano.
Recuerdo hace ya bastantes años que durante una reunión del equipo de gestión se generó bastante desacuerdo sobre ciertas decisiones operacionales, lo cual hizo que la discusión durara más de lo debido. No olvidaré nunca el momento en que terminó: el director mandó a callar a todos y dijo “Señores, esto no es una democracia, así que esto es lo que vamos a hacer…”.
¿Esa forma de terminar la discusión fue lo justo? Seguramente facilitar la sesión exponiendo los pros y contras y con una votación final habría llevado algo más de tiempo, pero, sin duda, nadie del equipo podría haber dicho entonces que había sido injusto.
A todos nos ha pasado alguna vez que estamos diciéndole algo a alguien y no nos está escuchando porque su atención está en otro sitio. Esto ocurre porque normalmente las personas (al contrario del SO Windows) no somos muy productivos en modo multitarea.
Por este motivo, como miembro del equipo es muy importante que pongamos gran parte de nuestra energía en aislarnos de distracciones externas innecesarias, y que de esta forma podamos dedicarnos a nuestro trabajo con toda nuestra atención. En este post os recordamos los 5+1 valores de equipos Scrum altamente efectivos.
Al igual que comentamos con las métricas (si no mides no sabes cómo va todo), si nadie te da feedback de cómo vas, tampoco puedes saber con seguridad si lo estás haciendo bien o no. Se pueden dar de hecho dos casos antagónicos:
Por ello, es importante que nos demos un feedback constructivo de forma continua entre todos los miembros del equipo, tanto de forma global como uno por uno (One-on-One), tanto cuando sea para mejorar, como cuando sea para celebrar (Kudos).
Es cierto que a lo largo de la historia se han conseguido grandes hazañas “a base de látigo”, y un ejemplo es el ascenso de grandes civilizaciones, como lo fueron el Imperio egipcio o el romano, que llevaron a cabo obras de una gran complejidad.
Sin embargo, ninguno de esos logros son comparables a lo que se ha conseguido en los últimos años cuando el ser humano ha colaborado voluntariamente y se ha priorizado la calidad de vida y la justicia social.
Cuanto más felices seamos con nuestro trabajo, mejores resultados obtendremos sin lugar a dudas. Por tanto, intenta encontrar el modo de pasarlo bien trabajando con tu equipo.
"Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”, Confuncio.
Si pretendemos que un equipo pueda sacar el máximo rendimiento posible entonces deberíamos facilitar que se cumplan las 10 cualidades descritas anteriormente. Mantener una estrategia de comunicación constante y transparencia total con el equipo son los dos pilares fundamentales para ello.
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