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Conoce nuestra marca.El norte que debe marcar el rumbo de los proyectos y dar respuesta a sus necesidades reales. Utiliza cuanto esté en tus manos, sin ataduras, más allá de los prejuicios, para alcanzar los objetivos.
Polaris es el resultado de años de experiencia desarrollando software para grandes compañías. No es dejar de ser ágil, es ser radicalmente ágil y adaptativo.
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Firmes en los principios Agile. Flexibles a la hora de adaptar el método a las necesidades de cada proyecto.
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No nos limitamos a entregar software funcionando, sino además software bien hecho y que hace progresar un negocio. Nuestro éxito es hacer crecer a nuestros clientes.
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Simplificamos al máximo para que las personas sean capaces de dar todo su potencial. Cada línea de código, cada post-it o cada reunión no se lleva a cabo si no aporta valor.
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Somos personas, y nuestros clientes también, generamos un clima de trabajo integrador donde se escucha, se motiva y se coopera.
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Comprometidos con el equipo y las necesidades del proyecto, por encima de roles e intereses individuales.
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Nos servimos de nuestra experiencia para ir un paso por delante, anticipando los riesgos y mejorando la idea inicial del cliente.
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Damos feedback con coraje y lo recibimos con madurez, buscando continuamente mejorar. Por eso si no se cumplen estos principios en tu proyecto, por favor, alza la voz
Agile soporta todos los cambios, tu cartera no.
Resultados sobre métodos.
No eres un hámster en una rueda, todo proyecto requiere estrategia.
Métricas, no adverbios de cantidad.
No hablar de riesgos, no los hace desaparecer.
No existen las balas de plata.
Que funcione no quiere decir que esté bien.
Los malos hábitos destruyen las mejores mentes.
No somos robots, ni queremos.
Agile funciona, pero es insuficiente en un contexto cliente-proveedor.
Cristina de la Bandera
Desarrollo de negocio Agile
El problema no es lo que dice Agile, sino lo que no dice.
Durante los más de 15 años desarrollando software de forma ágil para grandes empresas, nos hemos dado cuenta de las necesidades reales de los proyectos, y lo que es más importante, qué aspectos están cubiertos por los métodos ágiles y cuáles hemos tenido que reforzar con prácticas propias para conseguir el éxito de estos proyectos.
No existen las balas de plata...por más que nos empeñemos, el mundo está lleno de excepciones.
Lamentablemente, intentar aplicar siempre la misma fórmula mágica solo provoca frustración y fracaso, ya que nunca va a funcionar si no se presta atención a las diferentes condiciones de entorno (tipo de relación contractual, reto, complejidad técnica, organización de equipos, etc.).
El agilismo se ha convertido en un fin en sí mismo.
La esencia se ha desvirtuado a base de construir toda una industria Agile alrededor, donde se endiosan los métodos y las prácticas por encima de los resultados y objetivos, y las certificaciones y formaciones por encima de las experiencias reales.
No reinventamos la rueda.
No, no reinventamos nada. Ordenamos todo para que tenga sentido en base a nuestra experiencia. No hay por qué asustarse. Es puro Shu-Ha-Ri: nuestra experiencia nos lleva a rediseñar las reglas.
No es un volantazo al desarrollo tradicional.
Pero sí es entender que algunos elementos de una gestión tradicional pueden sernos útiles. Y que debemos hablar un idioma similar al de nuestros clientes. Pero sin palo y zanahoria y sin renunciar a nuestros valores.
No es un catálogo de herramientas.
No se trata de procedimentar herramientas, sino de compromiso y actitud hacia unos valores y un manifiesto. Tampoco es hacer un nuevo método con más eventos y artefactos; aprovechamos nuestra experiencia y cogemos lo que sabemos que funciona, con cabeza.
No es rebajar nuestro nivel.
No vamos a ser conformistas, ni menos disruptivos, no vamos a ser menos disciplinados ni a hacer lo que nos digan si no pensamos que es lo mejor para el proyecto. Es un acercamiento por vías diferentes a las actuales, poniendo foco en lo realmente importante para un proyecto.
No es otra movida agilista.
Esto no es un rebranding de Agile ni una vuelta de tuerca a los Scrum Masters. Es la experiencia real en primera persona de todos los círculos de conocimiento de Paradigma, encontrando juntos una mejor manera de trabajar.
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