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Javier Martín de Agar y Manuel Zaforas 29/09/2016 Cargando comentarios…
En Paradigma tenemos diversos equipos aplicando Agile de diferentes maneras: Scrum, Kanban u otros frameworks que también funcionan. De la misma manera, a la hora de controlar y hacer seguimiento del proyecto hemos descubierto que cada equipo ha ido buscando la herramienta más cómoda, ya sea para controlar el Sprint Backlog, el Tablero Kanban o bien otros aspectos del proyecto.
También hay equipos muy fans de herramientas digitales, entre las más famosas encontramos Trello, Jira o Taiga. La otra alternativa que gusta mucho en la comunidad Agile es la implantación de Visual Management y llevar dicho control a tableros físicos.
En este Versus enfrentamos a Javier Martín de Agar, defensor de los paneles físicos y a Manuel Zaforas, que ve mayor utilidad y comodidad en los paneles virtuales. ¿Con cuál te quedas?
Manuel Zaforas
Un tablero virtual es el reflejo de un tablero físico en el mundo virtual. Pueden servir para gestionar las tareas en Scrum o Kanban de la misma manera que un tablero físico, pero además nos aportan una serie de ventajas adicionales.
Para construir un tablero virtual usaremos aplicaciones específicas, generalmente ubicadas en la nube, como JIRA, Trello, Redmine, Taiga o Trac. Esto facilita el teletrabajo o los equipos disgregados en diferentes ubicaciones físicas, simplificando de esta forma la accesibilidad y fomentando la colaboración.
Si es necesario tener una visión física siempre podemos usar pantallas o monitores donde mostrar los dashboards que nos ofrecen estas aplicaciones o incluso acceder a las APIs que nos ofrecen para crear vistas personalizadas. En Paradigma varios equipos trabajan de esta forma.
Javi, no puedes negar que los tableros virtuales también tienen la ventaja de que fomentan la colaboración e interacción entre los miembros de un equipo, ya que la información y el estado puede ser actualizado de forma simultánea desde cualquier dispositivo.
Por otro lado estas herramientas nos proveen de características muy potentes como filtros o sistemas de búsqueda que nos ayudan a mantener la información mejor estructurada y ordenada y a localizar antes lo que necesitamos, siendo más eficientes.
Además, toda la actividad y cambios en el panel quedan registrados, esto es fundamental para entender a posteriori las decisiones que se fueron tomando y volver atrás si se comete algún error. También podemos guardar el estado o realizar un backup para no perder nada de información, algo que Javi, como bien sabes en un tablón físico es imposible, y en caso de accidente podríamos perder toda la información, lo que sería desastroso.
Los tableros virtuales nos ofrecen la posibilidad de tener una visión global de un vistazo, gracias a las métricas y gráficas automáticas que incorporan, de esta forma es muy sencillo conocer el estado del proyecto. Intentar obtener esta información a partir de un tablero físico supone una enorme cantidad de trabajo.
Hoy en día la integración es clave, las herramientas que soportan los tableros virtuales pueden integrarse con otras herramientas habituales en los equipos de desarrollo como GitHub, Jenkins o Slack. Esto facilita y agiliza el trabajo de los desarrolladores.
Por último no hay que olvidar que los tableros virtuales son más ecológicos, lo que también es importante hoy en día, ya que no hacen ningún gasto de papel ni materiales fungibles en contra de los físicos que suponen un gasto continuo en este sentido.
Javier Martín de Agar
Una de las mayores virtudes de un tablero físico es que permite la total autoorganización. El equipo se crea un panel con todas las tareas que tienen que realizar para la próxima iteración y se organizan como ellos mismos consideren. Una vez han arrancado, los miembros pueden analizar si lo están haciendo bien, el ritmo de trabajo y, sobre todo, cuánto les queda para terminar una tarea.
Manu, los seres humanos somos muy visuales, el disponer de una herramienta física es ideal porque podemos adaptarla a nuestras necesidades reales de un proyecto concreto. Cuando usamos herramientas software al final acabamos adaptando nuestro proyecto al software en vez de que la herramienta se adapte a nuestras necesidades.
Es parte de la filosofía de Agile, ser simple ante todo. Un software suele ser o demasiado simple como para ser útil, o tratar de cubrir tantas casuísticas que acaba siendo demasiado complejo.
Pero hay muchas más virtudes, Manu, aunque a ti te cueste verlas. Una de las ventajas que tenemos es que es una herramienta que se construye con el equipo. Esto permite un día más distendido donde la imaginación impera, donde podemos decidir cómo queremos que sea nuestro tablero, es una sesión colaborativa y permite la cohesión de los miembros del equipo.
También un tablero es nuestro lugar para hacer la Daily Scrum, de manera que podamos coordinarnos todos juntos con nuestro plan. Esto nos da la ventaja de poder tener una foto real de todo el trabajo pendiente y nos ayuda a tomar mejores decisiones. Generalmente en cualquier aplicación tenemos que estar usando el “scroll” para localizar tareas, lo que dificulta mucho el diálogo.
Muchas personas critican que el uso de tableros físicos no nos permite mantener un histórico de lo que hemos hecho. Recordemos que en Scrum y en Kanban ponemos el foco en el trabajo pendiente por hacer y no en el realizado. Realmente nadie utiliza el histórico de las tareas salvo para un motivo: poder “defenderse” ante una situación difícil con el cliente. El problema es que, cuando un equipo necesita hacer eso, realmente es un signo de que no hay confianza para poder hacer Agile y, por tanto, el tablero será el menor de nuestros problemas.
Incluso un tablero físico se puede utilizar con personas que están teletrabajando, ya que cualquier compañero puede comunicar perfectamente qué tareas irá abordando aunque no esté presente y puede solicitar por teléfono que se actualicen sus tareas.
Un argumento más a favor del tablero físico es que, si alguien está de vacaciones, desconectará totalmente del proyecto al no tener un sitio al que mirar el estado actual.
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