No descubro nada nuevo diciendo que la movilidad es un negocio que crece exponencialmente y que todo el mundo trata de sacarle partido. Sin embargo, para sacarle partido hay que tener en cuenta que el escenario actual es muy diferente al de años atrás.

Hoy en día las antiguas fuentes de ingresos (llamadas de voz y mensajes de texto) dan cada día menos beneficios y ahora los ingresos vienen de las tarifas de datos y los contenidos que van sobre ellas.

Los fabricantes de teléfonos se han adaptado al nuevo escenario, o más bien, han sido ellos los que han empujado el cambio, con la llegada de los smartphones. Estos teléfonos ofrecen muchas más posibilidades que los móviles de hace unos años y han permitido a estas compañías aumentar sus ventas. Siempre quedan excepciones como Nokia que aún no se ha enterado del nuevo panorama, pero ese es otro tema.

Los desarrolladores se han adaptado también, de buen grado, al nuevo escenario, las nuevas plataformas les permiten vender sus productos directamente a los usuarios de una forma ágil.

Sin embargo, las operadoras de telecomunicaciones se resisten a este nuevo escenario. No se resignan a perder los márgenes de antaño y asumir el papel que les depara el futuro: ser meros conductores de bits, ser los que mantienen un canal por el que otros circulan sus contenidos. Esta resistencia les está llevando a tomar medidas cuanto menos sorprendentes durante lo que llevamos de 2010, medidas que indican que algo está cambiando.

La primera de sus medidas desesperadas de 2010 fue un intento de empezar a cobrar a Google por utilizar sus redes. Las operadoras han dejado de controlar los contenidos que pasan por sus redes y esto no les gusta nada. Quizá aún pretenden que la página de inicio de Internet en los móviles sea el portal de la operadora, como hace 7 años, pero los usuarios son los que eligen y si han decidido poner la página de Google como página de inicio, será porque les resulta mucho más útil.

La segunda medida fue la amenaza de acabar con las tarifas planas para móviles. Primero las promocionaron, pensando que con ellas podrían compensar la caída de ingresos en la telefonía de voz, pero ahora que su uso se ha generalizado, este negocio ya no les sale tan rentable. Los usuarios pagan una cantidad fija independientemente del consumo y además obligan a una mayor inversión en infraestructuras para mantener la calidad del servicio.

Por eso, ahora que muchos usuarios se han creado la necesidad y ya no pueden vivir sin Internet en el móvil, las operadoras quieren aprovecharse y sacar más dinero. Aunque realmente hay un segundo motivo detrás de todo esto: crear una alarma social sobre la saturación de la red y que los gobiernos paguen la inversión en infraestructuras, seguramente en los próximos meses amenazarán nuevamente con este tema.

De todas formas parece que esta jugada, de momento, les está saliendo mal. La acogida de la noticia entre los usuarios ha sido mala y los gobiernos han aprovechado para dar a las operadoras un toque de atención para que no descuiden la inversión en infraestructuras.

La última de las medidas desesperadas de las operadoras ha tomado fuerza en las últimas semanas: juntarse todas y crear un sistema operativo nuevo. La iniciativa se llama WAC y está formado por compañías como Vodafone, Telefónica, AT&T y China Mobile. El proyecto nace con el objetivo de modificar el papel de las operadoras en el mercado, compitiendo con Apple y Google en su terreno.

Está claro que los usuarios prefieren que otros generen los contenidos y que las operadoras se encarguen de la red. Sin embargo, a las operadoras les resulta muy frustrante ver pasar el dinero por su red mientras se quedan solo con una pequeña parte, una parte más que suficiente en mi opinión, pero a las operadoras no les parece suficiente porque están acostumbradas a llevarse todo.

Posiblemente no tengan éxito con sus medidas desesperadas, pero creo que no son conscientes de la transcendencia de competir con Apple y Google en su terreno. Esta medida supone competir con los que han empujado el mercado y han ayudado a generalizar el uso de Internet en el móvil, beneficiando así a las operadoras, además ¿Y si a Google le diera por contraatacar y ejercer de operadora?

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