Desde hace unos años han surgido diferentes técnicas para mejorar nuestra productividad, reducir costes de mantenimiento y debugging, dotar de robustez a nuestro software y focalizar nuestros desarrollos. Entre estas técnicas, se encuentra TDD, cuyo paradigma consiste en "escribir la prueba, codificar la implementación asociada a dicha prueba y refactorizar".

Una buena prueba nos puede clarificar el funcionamiento de una casuística concreta, incluso mejor que la documentación asociada. En esta infografía hacemos un resumen de en qué consiste TDD, en qué principios se basa (SOLID) y cuáles son sus ventajas y desventajas.

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