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Jose Ignacio Herranz 03/05/2016 Cargando comentarios…
Tener una estrategia definida para Cloud es algo imprescindible si quieres seguir siendo competitivo hoy en día en Internet. Pero esto no significa necesariamente una Cloud pública como muchos piensan, sino que puedes escoger entre diferentes opciones, en función de las necesidades de tu negocio y de las necesidades técnicas de tu compañía.
Te permite contratar servidores de forma instantánea mediante un portal online centralizado. Estos servidores se crean en unos datacenters que comparten los recursos entre todos sus clientes y son gestionados por el proveedor de Cloud. La contratación es en modo servicio, con un modelo de pago por uso y sin necesidad de inversión inicial en servidores.
Pero no solo hablamos de máquinas, las plataformas de Cloud públicas te permiten contratar muchos otros servicios gestionados que te aislan de las operaciones de bajo nivel: bbdd, servidores, soluciones de almacenamiento, balanceadores, etc.
Y además de los servicios nativos de cada plataforma, puedes beneficiarte de muchas arquitecturas ya montadas (lamp, lnnp, etc.) y productos que puedes “empezar a usar con un clic” a través de los marketplace (MongoDB, Nginx, Spark, etc.).
Estas plataformas te permiten aumentar y reducir el número de servidores contratados dependiendo de tus necesidades en tiempo real, pagando en cada momento solo por lo que estás utilizando. Estas facilidades se consiguen a costa de paquetizar soluciones, por lo que la flexibilidad y las opciones de software disponibles son algo más limitadas que en una Cloud privada.
Es la opción perfecta para:
Entorno donde el hardware, la red y las aplicaciones son dedicadas para una sola empresa. El hardware puede estar en un hosting interno de la propia empresa, o bien en un datacenter compartido donde colocas tus propios servidores, aislándote de temas como la electricidad o la refrigeración.
Requiere un mayor mantenimiento, ya que tú eres el responsable de la instalación, la operación y la actualización de todo el software base; además de que requiere un mayor coste inicial por el gasto en servidores. Te proporciona cierta escalabilidad, balanceando el número de servidores dedicados a cada proyecto, aunque limitado al número de servidores físicos que tengas. Por contra, te permite configurar el entorno a tus necesidades exactas y personalizarlo a tu gusto en temas de fine tuning, versiones, rendimiento, etc.
Es la opción perfecta para:
No es necesario decantarse en exclusiva por una Cloud pública o una privada. Existe también la posibilidad de combinar las ventajas de ambas en una Cloud híbrida. Lo ideal en este caso es configurar una red punto a punto entre el hosting interno y el proveedor de Cloud pública, lo cual te proporciona un ancho de banda dedicado que sale más económico cuando los volúmenes de transferencia son muy grandes y te evita problemas de latencia. Este tipo de redes te permiten además tener una red aislada, más segura y con la que puedes tratar los servidores en la nube pública como si estuvieran dentro de tu red interna.
Es la opción perfecta para:
Hoy en día aún quedan algunas empresas que no tienen bien definida su estrategia Cloud o la aplican únicamente de forma tibia en sus proyectos de innovación. El principal motivo de esta decisión suele ser realmente cultural, ya que hay empresas que simplemente no están preparadas para Cloud.
Muchas empresas tradicionales se están decantando mayoritariamente por la opción de una Cloud privada como parte del proceso de digitalización en el que están inmersas. De esta forma van preparando sus datacenters y formando a sus equipos de trabajo para embarcarse en el mundo Cloud, mientras aprovechan sus ventajas y siguen amortizando sus datacenter internos.
Es un gran avance para estas empresas, aunque muchas veces su decisión está basada en falsos mitos como: “la ley no me permite tener mis datos en Cloud”, “una Cloud privada es más segura”, “una Cloud privada es más barata”, o simplemente por un “no me fío de que los datos estén fuera de mi empresa”.
Las empresas más avanzadas tecnológicamente y startups suelen optar por una Cloud pública, ya que les permite aprovechar todas las ventajas en términos de agilidad, eficiencia y costes. Suele ser casi siempre la mejor opción cuando se parte de cero, aunque como hemos comentado antes, puede haber condicionantes en tu empresa o en tu proyecto que hagan que en tu caso encaje mejor otra solución de Cloud.
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