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Abigail Rodríguez 09/06/2016 Cargando comentarios…
Hoy en día el concepto de web responsive se ha extendido lo suficiente como para que se entiendan sus ventajas y se valore en cada caso si es el enfoque necesario. Si se quiere una web a la que los usuarios puedan acceder satisfactoriamente desde diferentes dispositivos en una experiencia homogénea y no se quiere generar contenidos específicos para dispositivos ni mantener diferentes desarrollos, ahí, responsive aparece como la mejor opción.
Por otro lado, el concepto de usabilidad se ha aceptado como guía de nuestra forma de abordar un proyecto web. Queremos que los usuarios accedan y utilicen con éxito los servicios que ofrecemos. Queremos que usen la web. Y cuantos más usuarios satisfechos tengamos, mejor. Pues bien, hablar de estos dos conceptos, responsive y usabilidad, es hablar de accesibilidad web (nos centraremos en web en este post).
Hoy en día todavía es frecuente entender la accesibilidad como algo que se hace para gente con alguna discapacidad, sobre todo visual. Esta concepción es muy limitada y reduccionista, y es el principal obstáculo que hay que superar. La accesibilidad es algo inherente a la evolución de la web e implica una visión mucho más amplia de la misma.
La accesibilidad supone aplicar una serie de técnicas para hacer los sitios web accesibles para un mayor número de personas, situaciones y dispositivos. Una parte de nuestra audiencia con alguna discapacidad puntual o permanente se beneficiará de ello, pero no sólo ella. Otro “usuario” que lo hará, por ejemplo, es nuestro querido Google, que tampoco usa ratón ni diferencia bien los colores ;-)
El diseño en cada proyecto está centrado en una audiencia determinada, pero dentro de ella hay siempre una diversidad que hay que considerar. No sólo se trata de un tipo de usuario y sus capacidades, un buen diseñador de interacción debe vigilar en qué situaciones se usa la web (en movilidad o no; con conexión buena, regular o mala; con dispositivo moderno o no tanto; con iluminación deficiente; etc.). Si tenemos en cuenta las posibles condiciones de uso de un sitio web, también lo hacemos más accesible.
Hoy en día, la web ha evolucionado desde sus inicios estáticos con imágenes incrustadas y tablas, hacia la web como documento, como unidad de información. Como tal, hay que estructurarlo bien, marcarlo, y darle propiedades adicionales que ayuden a entender su semántica.
Pongamos algunos ejemplos: si queremos introducir la cita de un autor, debemos usar las etiquetas HTML <blockquote> o <q>; y, si lo que queremos es un pie de página, utilizaremos <footer>; etc… Si cuidamos el código, cuidamos el contenido y su utilidad.
Esta evolución es la base de la gran revolución digital, la que ha abierto las puertas a utilidades antes impensables. Y en esta evolución radica el sentido de la accesibilidad bien entendida.
Lo primero es partir de un buen diseño que tenga en cuenta factores como el contraste entre letra y fondo, los tamaños de tipografía, el interlineado, un uso de colores adecuado y una buena distribución visual de los contenidos.
Se trata de buscar el equilibrio entre lo puramente estético y una buena legibilidad y comprensión del contenido. Para ello, lo más aconsejable es tener en cuenta estas 5 técnicas básicas:
Si bien estas técnicas sencillas las incorporamos con facilidad en el desarrollo, hay muchas otras que suponen realizar un trabajo que sólo podrá llevarse a cabo en base a la convicción de su necesidad y sus ventajas por parte de todos los implicados en el proceso de creación y desarrollo.
Nosotros, como desarrolladores de productos digitales con un claro valor social, tenemos una responsabilidad que pasa por transmitir a los clientes el significado, la importancia y las ventajas de la accesibilidad.
Entender que no se puede hablar de usabilidad sin accesibilidad, ni viceversa, y que sus principios base son los mismos, hará que podamos asumir mejor su práctica.
No estaría mal empezar por re-pensar el icono que se suele asociar a la accesibilidad web, que responde a la concepción obsoleta del término, ¿no os parece?
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